Las expresiones maniqueas izquierda y derecha resultan inexactas y engañosas a la hora de establecer definiciones políticas. Esta clasificación dicotómica es muy popular por su simpleza, pero conduce a muchos equívocos a la hora de los análisis. Casi siempre se termina recurriendo a descripciones ambiguas para decir qué es una cosa u otra quedando al arbitrio de cada quien una caracterización definitiva.
Una forma de
evitar equívocos y confusiones podría ser avanzar hacia definiciones más
rigurosas que delimiten qué se entiende por izquierda y que se entiende por
derecha. Otra sería darle un contenido más específico a cada posición para al
menos saber de lo que se está hablando.
Sin embargo,
la política no es un asunto exclusivo de los politólogos sino más bien un campo
en el cual participan todos los ciudadanos, cada uno con las ideologías y
nematologías que previamente ha adquirido. Nos decantamos por la tesis de
aceptar provisionalmente el uso de las etiquetas izquierda y derecha siempre y
cuando previamente podamos establecer con precisión qué caracteriza a cada una.
Venezuela que
es un país que ha sufrido la tiranía cultural del llamado pensamiento de
izquierda ha comenzado a ver en los últimos años un aumento de la cantidad de
ciudadanos de diversa condición social que se auto denominan como de derecha.
Esto hasta cierto punto resulta sorprendente en ámbitos donde se ha satanizado
a la derecha por burguesa y se ha impuesto la izquierda por popular.
Una manera de
explicar el gran número de personas que hoy parece dispuesta a desafiar el
estereotipo cultural de la izquierda es precisamente por el dramático y
estruendoso fracaso del chavismo en el poder. La llamada Revolución Bolivariana
ha destruido a Venezuela en nombre del socialismo, de la izquierda y lo
popular. El efecto político ha sido tan demoledor que hoy podemos encontrar
personas en zonas humildes, no adineradas, y en los más apartados rincones de
Venezuela que se definen como de derecha. Es algo así como querer ser todo lo
opuesto al chavismo y si es la derecha entonces somos eso, la derecha.
La mayoría de
los políticos venezolanos que aún creen que la grave crisis de Venezuela se
resolverá en un torneo de simpatía y popularidad evitan atacar al chavismo por
ser de izquierda y más bien se presentan como más izquierdistas que los
chavistas o reivindicándose como auténticos socialistas a diferencia de los
chavistas. La intención parece ser tratar de atraer apoyos de quienes aún hoy
se declaran como “chavistas de pueblo". Para no alinearlos se fabrica un
discurso de centro, centro izquierda o inclusive de centro derecha y lograr el apoyo.
Ninguno de
quienes participan en el torneo electoral quiere presentarse hoy como de derecha,
aunque en el pasado lo hayan hecho. Para aumentar aún más la confusión han
surgido otras combinaciones igualmente vacías de contenido tales como centro
liberal y derecha liberal.
Lo cierto es
que hay un inmenso espacio listo para ser capitalizado por la derecha como una
opción válida y definida frente al chavismo. Aunque Diosdado Cabello todas las
semanas insiste en satanizar a la derecha mucha gente en Venezuela percibe que
a estas alturas nada podría ser peor que el chavismo, ni siquiera la derecha en
sus modulaciones más extremas.
Convendría
darle un contenido más definido y profundo a esa posición de derecha más allá
de definirse como antichavista. Algunos componentes de ese ideario podrían
ser la defensa de la familia, la unión
matrimonial entre un hombre y una mujer, rechazo al consumo de drogas con fines
recreativos, la defensa de la propiedad privada, la organización de un Estado
pequeño y fuerte, la defensa de la soberanía y la integridad territorial frente
a enemigos internos y externos, entre otras.
En Venezuela
cada día hay más espacio para una derecha política, nacionalista y conservadora
de las tradiciones y de la integridad del ser venezolano. Pero lo primero es
darle un contenido específico a la etiqueta para no caer en la demagogia y la
banalidad.- @humbertotweets
No hay comentarios.:
Publicar un comentario