Esta película ya la hemos visto. Varias veces. Y termina mal. Mal para los venezolanos atrapados en el fuego cruzado del régimen chavista y su falsa oposición. La historia termina bien para quienes ya tienen dos décadas ejerciendo el colaboracionismo más decidido y militante con una mera apariencia de “oposición”.
Esta historia intenta embaucar a los
venezolanos, una vez más, con la promesa de que si es posible derrotar al
chavismo por la vía electoral. Poco importa la evidencia monumental de todos
los fraudes electorales orquestados en el pasado por las instituciones del
Estado chavista. Nada se dice sobre la capacidad operativa que tienen los
poderes chavistas (judicial y militar) para articularse y desconocer legalmente
cualquier situación que le sea desfavorable tal como ya ocurrió con la elección
de la Asamblea Nacional del 2015.
Frente a las objeciones y las dudas
siempre saltará algún elemento de la falsa oposición argumentando lo mismo de
siempre. “Cada vez que vamos unidos le ganamos al chavismo”. Este argumento se
refuerza con los gobernadores, diputados, alcaldes y concejales que el régimen
chavista “democráticamente” le ha adjudicado a la falsa oposición. Con esto,
dicen muy orgullosos, no solo al chavismo se le pueden ganar elecciones sino
que además cuando pierden lo reconocen sin protestar, como ocurrió con las
gobernaciones de Barinas, Nueva Esparta y Zulia.
Con esta suerte de trucos se pretende
propagar la ilusión del voto como arma efectiva para sacar al chavismo del
poder aunque al mismo tiempo se sugiere que si no ha funcionado hasta ahora es
por culpa de los venezolanos que no se han unido en torno a un solo candidato
opositor o han caído en el desencanto de la abstención. Esta ilusión no es para
impresionar a los magos que ya llevan veinte años ejecutando el mismo acto de
prestidigitación. Ellos ya saben cómo termina el acto y su función es mantener
a la audiencia entretenida hasta el final cuando se saque a Nicolás Maduro del
sombrero del mago.
Esto solo quiere decir que los
operadores de la falsa oposición saben perfectamente que no es posible ganarle
al chavismo por vías electorales. A lo más que puede aspirar la dirección
política de la MUD es a ser tolerada en su indigno papel cohabitador y
legitimador del régimen. La decisión de aparearse institucional y orgánicamente
con el régimen chavista es lo que lleva a la falsa oposición a las
negociaciones de México y de allí a participar, sin condiciones, en otras
elecciones fraudulentas a sabiendas de que no hay la menor posibilidad de
disputarle el poder al chavismo por esa vía.
Pero, llevar a la gente a votar bajo
engaño es no solo el precio que tienen que pagarle al régimen chavista para
legitimar su sistema político y electoral. La falsa oposición necesita con
urgencia justificarse ante sus financistas, ante gobiernos y organizaciones que
ayudan con recursos a pagar las nóminas de sus clientelas para demostrar que de
verdad representa lo que dice representar. Y eso solo se logra arrastrando
gente a votar con las mismas promesas recicladas en los últimos veinte años.
El falso debate de si las primarias
son organizadas o no por el CNE chavista no es más que un espectáculo barato
para entretener a la galería. Esto lo que busca es ponerle condimento a una
sopa aguada y sin sal. En realidad, muy poco importa si las primarias de la
falsa oposición las organiza o no el CNE chavista cuando el régimen dispone de
múltiples maneras para escoger en forma directa al candidato de la falsa
oposición.
Como ya ha ocurrido en el pasado, el
régimen chavista deja que los precandidatos falso opositores recorran el país
haciendo campaña para “calentar la calle” y tratar de entusiasmar a gente
desganada y desilusionada que se niega a votar. En unos meses el régimen
activará las inhabilitaciones para hacer una primera preselección de candidatos
de la falsa oposición. Unos meses más tarde otros candidatos se retiraran de la
contienda porque se les acabó el dinero y no pueden seguirles el trote a los
candidatos cuyas campañas millonarias (¡en dólares!) son financiadas
directamente por el chavismo.
Es probable que la falsa oposición se
decida por usar en forma limitada la asesoría del CNE chavista así esto
signifique alienar la participación de María Corina Machado en la contienda
primaria cuya presencia, sin duda, le daría más credibilidad a la maroma. O
quizás prefieran complacer a MCM (primarias sin CNE chavista) a sabiendas de
que, aunque animaría a algunos a votar, no cambiaría el resultado final.
Y no lo cambiaría porque a la final el candidato de la
falsa oposición que salga de esas primarias será aquel que: a) No esté vetado
por el cogollo del G4; b) Pase los filtros de las inhabilitaciones (no estar
vetado por el régimen); y c) Reciba el financiamiento del Estado chavista para
pagar por su campaña (¿Y entonces de donde sale el dinero?). Al día de hoy hay
solo uno que parece sortear con habilidad todos los obstáculos: El gobernador
del Estado Zulia, Manuel Rosales Guerrero.- @humbertotweets
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