El desgaste de los partidos que se agrupan en torno a la MUD y al interinato de Juan Guaidó viene ocurriendo desde hace años. Lo comenzamos a ver con la renuencia de la gente a participar en marchas y movilizaciones que siempre terminaban negociadas y traicionadas por los cogollos de los partidos. Pero quizás donde se evidencia más la pérdida de influencia de estos partidos en la política nacional es en el aumento de la abstención en los fraudes electorales convocados por el régimen y de los cuales la falsa oposición se ha hecho copartícipe.
Ya muy poco
peso tienen los reciclados argumentos para arrastrar a la gente a los centros
de votación. Después de dos décadas de régimen chavista montado sobre un fraude
electoral tras otro y todos conectados por la falsa oposición los venezolanos
han llegado a la conclusión que la crisis política es tan grave y profunda que
no tiene ninguna perspectiva de ser superada por meros mecanismos electorales.
Resulta muy claro para la mayoría de los venezolanos que al régimen chavista
controlar todos los mecanismos e instancias político-electorales el sistema
está en capacidad de fabricar votos, resultados y victorias electorales
infinitas para el chavismo.
Esta es la
realidad aunque la falsa oposición sostenga el discurso fantasioso de un
candidato unitario o de culpar a la abstención de sus desgracias. No importa que
el candidato de la falsa oposición tenga el sospechoso atractivo de ser
designado por unas primarias y menos aún que los venezolanos se lancen
masivamente a votar. A la final es el régimen quien controlando sus
instituciones presentará un resultado el cual deberá ser acatado aunque sea de
dudosa legalidad.
El
convencimiento que los partidos de la falsa oposición nos han lanzado por ese
despeñadero histórico es el incentivo más fuerte que tienen millones de
venezolanos para darle la espalda a la MUD y el Interinato y refugiarse en la
abstención como un ejercicio militante de oposición real y desprecio tanto al
régimen como a su pseudo oposición.
La falsa
oposición sigue figurando como interlocutora y vocera de un sector de la
política venezolana sencillamente porque el régimen chavista la valida y le
asigna recursos. Se trata de una auténtica danza macabra donde el chavismo
reconoce a los falsos opositores y estos a su vez reconocen al régimen chavista
dejando a los venezolanos entrampados y sin salidas viables en el corto plazo.
Las urgencias
de priorizar la supervivencia frente a cualquier otra demanda de tipo político
ha llevado a muchos venezolanos a centrarse en las luchas y los reclamos de
carácter gremial. Pareciera que ante la ausencia de liderazgo y conducción
política las energías de lucha de los venezolanos se han redireccionado para
lograr victorias que aunque no busquen derrocar al estado chavista representan
mejoras materiales para seguir adelante. Hay mucho más interés en los reclamos
salariales que en ir a votar por un candidato de la falsa oposición cualquiera
que este sea.
La
transformación del programa máximo de lucha (cambio de régimen político) en un
programa mínimo mucho más modesto (mejoras salariales y socioeconómicas para
todos los trabajadores) pareciera un cambio táctico y espontáneo movido por las
precariedades en la que están sumidos millones de venezolanos y el
convencimiento que es más factible ganarle al Estado chavista una lucha gremial
que una política, al menos en lo inmediato. Esto se vio claramente hace unas
semanas cuando las miserias que ahogan a millones de venezolanos obligó a
chavistas y no chavistas a hacer causa común en la lucha por el pago del 100%
del bono vacacional prometido y escamoteado por el gobierno de Nicolás Maduro.
La lucha
gremial por reivindicaciones de tipo social y económico podría ser el espacio
que permita el surgimiento de un nuevo tipo de liderazgo político deslastrado
de los partidos de la falsa oposición. Es cierto que en el ejercicio de la lucha
política no existe el ADN químicamente puro. Muchos de quienes participaron en
esas movilizaciones gremiales lo hicieron a pesar de su filiación con el PSUV y
los partidos de la falsa oposición. Pero también pudimos ver nuevas caras que
se comienzan a mostrar y a desafiar a la vieja escuela sindical y gremial tanto
del régimen como de la falsa oposición.
El pago
completo del bono vacacional que se les debía a los trabajadores es una
victoria que podría alentar otras luchas reivindicativas y energizar a un
movimiento social y ciudadano casi abatido pero reanimado con las jornadas
recientes. La fuerza y la vitalidad de ese nuevo liderazgo social serán determinadas
por su capacidad y disciplina para desmarcarse de las viejas y corruptas
tradiciones partidistas. Esto no significa cancelar la lucha política por un
cambio de régimen sino más bien emprender un viraje táctico para acumular
fuerzas hasta lograr masa crítica para derrocar al Estado chavista.- @humbertotweets
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