Esta es la pregunta que muchos se hacen visto que tan lejos está dispuesto a llegar el chavismo para retener el poder. Los intentos que hace la falsa oposición para participar en la farsa electoral chavista son tan infructuosos como risibles y ridículos. Pareciera que se acaban de bajar de un avión en Maiquetía y descubren que…¡horror, el chavismo hace trampas para seguir gobernado!
Para
entender lo que está pasando hay que contextualizar primero. Aún hay quienes se
sorprenden del uso de la denominación “falsa oposición” referido a todo ese
grupo de partidos, incluyendo a los operadores del interinato de Juan Guaidó,
que acompañan a María Corina Machado. Y es que tiene que existir un criterio
para distinguir a la falsa oposición de una verdadera oposición en Venezuela.
Desde
hace mucho tiempo hemos propuesto que el criterio tiene que ser político y
definido por la posición que se tiene frente a la Constitución chavista de 1999
y el régimen político que ella soporta con sus poderes militar, judicial,
legislativo y electoral, entre otros. Siguiendo esta caracterización todo aquel
que pretenda buscar soluciones dentro de la pseudo legalidad del régimen
chavista en realidad no se opone al régimen, quizás se opone al gobierno de
Maduro pero no a la totalidad del régimen en la cual se apoya ese gobierno. Esa
oposición es por lo tanto falsa, no es verdadera.
Este
debe ser el criterio para definir quién es falsa oposición y quien no en
Venezuela. Todo lo demás son apariencias falaces. Por ejemplo, si María Corina
Machado y todos los partidos de la MUD insisten en la vía electoral dentro de
las condiciones fraudulentas que ofrece el régimen chavista ellos vendrían a
ser representantes de esa falsa oposición que ingenuamente lucha para cambiar
el gobierno dejando intacto el régimen político. Esto, que puede irritar a
algunos, es especialmente cierto en el caso de María Corina Machado quien viene
de acrecentar su liderazgo precisamente luchando contra el voto en tiranía para
finalmente claudicar esa posición y ser ella misma la abanderada de las tesis
de la falsa oposición.
Esta
distinción entre régimen político y gobierno es muy importante porque es lo que
permite tratar de explicar el lastimoso espectáculo que se ha presentado con
una falsa oposición que, literalmente,
le ruega al régimen que le permita participar en su farsa electoral y este le
tira la puerta en la cara. Esto ocurre porque mientras no haya un cambio de
régimen político es imposible aspirar a unas elecciones libres, justas y
transparentes en Venezuela.
Sin
embargo, a pesar de todas las evidencias de que nos encaminamos a la madre de
todos los fraudes electorales en Venezuela tanto María Corina Machado como los
partidos de la falsa oposición que la acompañan insisten en que nadie los
sacará de la vía electoral. No hay una respuesta lógica a este contrasentido.
Algunos operadores de la MUD, como Gerardo Blyde, tímidamente dicen que
abandonar la vía electoral es lo que el régimen quiere y no se le puede
complacer.
Estos
operadores como Blyde que insisten en la tesis del voto sólo pueden apostar a
que una hipotética avalancha de votos por el candidato opositor sea tan grande
masiva y abrumadora que le pase por encima a la trampa chavista e imponga el
resultado de la mayoría. Sin embargo, esa avalancha de votos aun asiendo así
tendría que pasar por la “rebanadora” del sistema electoral chavista y al final
quedaría reducida. En el fondo esta
hipótesis (“voto mata fraude”), para que efectivamente funcione, tiene que
cederle un grado, aunque sea mínimo, de confianza al viciado y corrupto sistema
electoral venezolano. Es un acto de fe ciega muy grande que los venezolanos no
parecen dispuestos a otorgar.
No
parecen entender que cuando se habla del fraude electoral chavista en realidad
se trata de un complejo aparato que funciona en diferentes instancias que van
desde el momento en que se decide quienes van a votar, cuáles serán los
candidatos hasta la adjudicación de los resultados.
Pero
la pregunta sigue ¿por qué la falsa oposición insiste en la vía electoral? Si
están ya advertidos y avisados de lo que hará el chavismo entonces no hay un
claro objetivo político en prestarse para convalidar ese fraude. No pueden
decir que la razón es dejar en evidencia al chavismo y denunciar el fraude ante
la comunidad internacional porque eso ya se sabe desde hace 25 años. Y aquí no
hablaremos de lo poco que podrá hacer esa “comunidad internacional” para
ayudar. Tampoco pueden pretender salir el 29 de Julio a cantar fraude luego de
toda esta cadena de atropellos e irregularidades para las cuales la propia
falsa oposición, inexplicablemente, se ha prestado.
Lo
cierto es que estamos frente a unos operadores políticos que se embarcan en estrategias
fallidas y luego pretenden transferirle la factura de su derrota a la
ciudadanía, porque no los acompañó con el voto. Es una grave irresponsabilidad
venderle la ilusión a la gente de que es posible salir del chavismo con votos
cuando este controla absolutamente todas las instancias del proceso electoral y
no existe ni una sola garantía.
Insistir
en la vía electoral bajo la tiranía chavista ya no es más un mantra de lucha
sino una necia obsesión orbitando en las nubes de la metafísica y sin conexión
con la realidad. En algún momento habrá que debatir sobre el fracaso de la vía
electoral y las piruetas de María Corina para apoyarla. Esta debería ser la
antesala en el proceso de conformación de una verdadera oposición que, a la
hora de enfrentar al chavismo, se nutra de todas estas experiencias y combine
todos los métodos de lucha.- @humbertotweets
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