Fue la propia María
Corina Machado quien con acierto y vehemencia hace unos años acuñó la frase “En
tiranía no se vota”. Por eso ella fue reconocida como coherente, a diferencia
del resto de la falsa oposición, y atacada como radical por los chavistas. No
votar en tiranía era un llamado que al mismo tiempo lograba caracterizar la
ausencia de garantías y condiciones para unas elecciones transparentes en
Venezuela y sintetizaba la voluntad y la posición política de millones de
venezolanos renuentes a formar parte de ese concierto dudoso orquestado por el
chavismo y su falsa posición.
Pero esa
posición razonada y principista de María Corina Machado hoy ha cambiado a una
desaforada campaña que llama frenéticamente a votar para sacar al chavismo del
poder. ¿Qué pasó? Aún la falsa oposición con Gerardo Blyde a la cabeza insiste
en rogarle a Jorge Rodríguez que haga algunas concesiones para unas lecciones
más o menos justas. Pero lo concreto es que la ausencia de condiciones y
garantías para unas elecciones confiables, que inspiró la consigna de María
Corina, no ha cambiado.
En medio de la
mayor incertidumbre y el ventajismo del gobierno, que han caracterizado todas
las elecciones en Venezuela desde 1999, María Corina Machado, desmarcándose de
su otrora coherencia, hoy se declara fervorosa partidaria de las elecciones, sin garantías ni condiciones. Sin sentirse
obligada a dar una explicación por su acrobático viraje María Corina hoy
recorre el país seguida con pasión, no por venezolanos esperanzados, sino más
bien por clientelas partidistas ilusas y animadas que la siguen para montarse en el próximo autobús del
oportunismo.
No se debe
olvidar que la inmensa popularidad de la que goza María Corina Machado, entre
quienes creen en elecciones, fue precisamente su rechazo a votar en tiranía
mientras no haya condiciones ni garantías en Venezuela. Sin esa posición
radical en contra de las elecciones María Corina no podría recorrer Venezuela
bañada en popularidad, aunque hoy lo haga para renegar de su discurso de ayer.
Cuando a María
Corina se le pide una explicación de su pirueta acrobática como un intento
racional y realista de enfrentar electoralmente al Estado chavista con gran
sonrisa y emoción, en el mejor estilo críptico, esotérico y nebuloso de los
mantras de Voluntad Popular, ella responde y repite “Hasta el final, hasta el
final”. Aún hoy no sabemos qué quería decir Leopoldo López y los operadores de
VP cuando evadían explicar sus posturas y solo atinaban a repetir el mantra
“Vamos bien, vamos bien”.
Quizás tampoco
logremos saber el verdadero significado que la expresión “llegar hasta el
final” tiene en la desconcertante y laberíntica mente de María Corina Machado.
El único final del cual podemos tener certeza todos los venezolanos es el de
las ilusiones electorales mientras, a pesar del discurso romántico y encantador
de María Corina, una vez más, quien
organiza las elecciones sea el mismo que cuenta los votos y proclama los
resultados. @humbertotweets
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