Cuando
hablamos de chavismo nos referimos a ese complejo ecosistema de bandas y grupos
que coexisten y operan dentro del régimen que hoy preside Nicolás Maduro. Allí
hay clanes de filiación civil y militar unidos en el propósito de saquear hasta
el último céntimo que quede en el tesoro nacional. Estos grupos de operadores
políticos que actúan como ejes del régimen se articulan sobre otros elementos de menor jerarquía en
la pirámide en cuyo último eslabón se encuentran las llamadas bases chavistas.
Estas no son más que muchedumbres de clientelas usadas para perpetrar fraude
electoral, llenarle los mítines a Maduro o ser parte de la audiencia amaestrada
en el programa de TV de Diosdado Cabello.
Estas
clientelas chavistas actúan como un verdadero lumpen parasitario que es pagado
con cajas CLAP y bonos a través del Carnet de la Patria. En otras palabras,
estas bases chavistas son vagos a quienes el régimen les paga para hacer bulto
en sus eventos y actuar como rompehuelgas y esquiroles cada vez que hay
protestas en la calle.
Pero aunque
sean muy chavistas y se les pague por su trabajo mercenario estas clientelas no
están exentas de las precariedades y penurias de vivir en Venezuela. Así como
el resto de los venezolanos estas bases chavistas están sometidas a los mismos
padecimientos de sobrevivir en un país sin electricidad, sin agua, y donde el
salario no alcanza para comprar comida. De esto no se escapan los miembros del
PSUV y los soldados de las FANB, por muy chavistas que sean.
Y aunque el
régimen gasta grandes sumas de dinero para convencer a sus bases de que
Venezuela no está bien por culpa de las sanciones internacionales, la mayoría
de sus huestes que les vienen acompañando desde 1999 lucen fatigadas y
desmoralizadas. Lo que es más grave chavistas, civiles y militares, que solo
reciben migajas de sus jefes ya no dudan en mostrar públicamente su descontento
con el régimen. Esa es la energía que ha potenciado las cada vez más numerosas
protestas en la calle y los reclamos que los soldados les hacen a sus
comandantes. Las clientelas chavistas que están pasando hambre como el resto de
los venezolanos se cansaron de comer patria y ahora quieren comer comida de
verdad.
El reclamo
cada vez más fuerte de su propia gente es lo que está paralizando la capacidad
de operar de Nicolás Maduro. Es la presión de sus propias clientelas chavistas
las que inhiben a Nicolás Maduro de acudir a eventos públicos, aunque estos sean
altamente planificados, supervisados y controlados, so pena de exponerse al
abucheo y el desprecio público tal como ocurrió hace unos días en el estado
Zulia. Es el temor a una agresión espontánea de algún militar descontento lo
que le impide a Nicolás Maduro presidir los desfiles militares.
No hay duda
que el 90% de los venezolanos rechaza y desprecia al régimen de Nicolás Maduro.
Pero ese rechazo de nada vale si no se puede expresar y reconocer en forma
institucional mientras el chavismo tenga secuestrado el Estado venezolano. El
rechazo que verdaderamente cuenta en este momento es el de los propios
chavistas, civiles y militares, contra Nicolás Maduro y su régimen.
Estas
clientelas no solo están descontentas sino que en muchos casos están armadas.
La presión que ejercitan sobre el régimen está operando como una suerte de
freno inhibitorio o de verdadera inhabilitación contra Nicolás Maduro quien si
eventualmente hay elecciones en el 2024 tendrá que evaluar seriamente hacer su
campaña a distancia, lejos de las indignadas muchedumbres chavistas quizás a
través de la internet o de un muñeco de plástico (¡súperbigote!) para
protegerse de un ataque como los que ya ha sufrido en el pasado.
Tal como lo
explicamos la semana pasada, sin dinero suficiente para poner en la calle y
apaciguar a sus ariscas y realengas clientelas el chavismo se vería forzado a
suspender las elecciones del 2024. Y de mantenerse el fraude electoral en el
calendario chavista veremos una campana inusual con un candidato oficialista
que sin poder salir a la calle y escondido en un closet es proclamado ganador
por el Consejo Electoral chavista.- @humbertotweets
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