Hasta los asesores vinculados a los candidatos opositores han tenido que admitir que el debate no cumplió con las expectativas. Es una percepción que expresan muchos quienes, aún con escepticismo, se atrevieron a presenciar, vía redes sociales, este torneo floral celebrado en Narnia y no en la UCAB.
Al igual que
la tesis de embarcarse en participar en unas elecciones a juro, sin condiciones
ni garantías de transparencia, la idea de la elección Primaria unitaria y
subsecuentemente un debate entre los candidatos fue una propuesta con fallas de
diseño condenada irremediablemente a fracasar.
El llamado
debate entre los candidatos de la falsa oposición no fue útil para comprender
la originalidad de sus propuestas sino más bien para presentar una lista
desordenada de promesas desconectadas de la realidad que intentan competir con
las de Nicolás Maduro.
Todos los
candidatos, sin excepción, le hicieron ofrendas al populismo abundando en todo
lo que ellos quisieran hacer pero evadiendo cuidadosamente la explicación de
cómo lograrlo. ¿Cómo gobernar un país con un Estado y una legalidad que ellos
no controlan ni pueden cambiar? ¿Cómo lograr la multiplicación de los panes si
no hay forma de hacer pan?
El llamado
debate estuvo cubierto desde el comienzo por la duda no resuelta ante la
audiencia sobre cómo se aborda en el terreno de la realidad práctica el tema de
los candidatos inhabilitados.
Todos los
participantes en el debate de la falsa oposición coinciden en aceptar las
condiciones no transparentes y desventajosas del sistema electoral chavista. En
eso no hubo diferencias y menos confrontación. Hubo un tímido intercambio a la
hora de discutir que se hace con un candidato que no podrá ser inscrito ante el
CNE.
A menos que el
Estado chavista decida intervenir nuevamente en la Primaria opositora lo más
probable es que en medio de este ambiente de caos e indefiniciones en Octubre
escojan por abrumadora mayoría a María Corina Machado como candidata de la
falsa oposición. ¿Y entonces?
Entonces habrá
llegado el momento de despejar la incógnita que la propia Machado ha dejado
deliberadamente en el aire ¿Qué significa llegar hasta el final? ¿Insistir en
forma simbólica en una candidatura que no podrá ser inscrita ante el CNE?
¿O será acaso
el momento más crudo y nauseabundo de pragmatismo político cuando los dueños de
las franquicias de la falsa oposición una vez más se quiten con desenfado la
camisa de la vergüenza y decidan por consenso quién será el candidato de ellos
frente a Maduro? De cualquier manera la falsa oposición luce entrampada por sus
propias debilidades populistas, demagógicas y electoreras.
Tomando en
cuenta que este es el primer “debate” que se celebra desde el 2012 habría sido
una excelente oportunidad para que estos dirigentes de la falsa oposición
rindieran cuenta y discutieran sobre el fracaso de la estrategia opositora
frente al chavismo desde 1999. Pero nadie quiere hablar de eso. Todos coinciden
en apostarle a las ilusiones y la fantasía del discurso metafísico como formas
narcóticas de hacer política, pasar el tiempo y anestesiar el dolor. Por eso no
es probable que algún día haya un debate real entre los candidatos de esa
“oposición”.
No, al menos mientras todos ellos tengan
la misma visión de cómo salir de esto.-
@humbertotweets
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