Por estos días los jerarcas del régimen chavista están muy preocupados al tener que enfrentar movilizaciones diarias y una gran protesta nacional que exige aumento de salario ya. El reclamo no es más que la confirmación de que el modelo político y económico chavista es absolutamente inviable y si se quiere que Venezuela mejore sencillamente hay que cambiarlo.
No es un
secreto que las protestas que comenzaron el año pasado y se han intensificado
en los últimos meses han ganado más fuerza con la participación de las bases
chavistas que se sienten igualmente afectadas por el descalabro económico de
Venezuela. Tampoco es un secreto que esas bases chavistas son en esencia las
clientelas que el chavismo ha incorporado en las nóminas del sector público no
para trabajar sino para hacer activismo por el PSUV.
La relación
inmoral que estas clientelas mantienen con el régimen no las exime de tener que
sobrevivir con bolívares mega devaluados al igual que el resto de los
venezolanos. Y precisamente en el instante en que la realidad se impone sobre
la propaganda ideológica ocurre una súbita toma de conciencia que hace estallar
en mil pedazos la lealtad mercenaria de estas clientelas con el régimen.
El régimen
chavista no ha logrado articular un discurso coherente para tranquilizar a sus
propias huestes. Primero trataron de posicionar la exótica idea de una supuesta
recuperación económica como una forma de explicar la sospechosa aparición de
ríos de dólares que inundan a Venezuela pero que están asociados a formas de
economía informal y más concretamente a múltiples y sofisticadas operaciones de
narcolavado.
La situación
sigue siendo la misma. Hay dólares, hay bodegones, pero más de 10 millones de
venezolanos, las clientelas chavistas incluidas, no tienen suficiente dinero
para comer porque sencillamente el dinero no alcanza.
En los últimos
días el régimen ha cambiado su discurso defensivo para justificar su fracaso
argumentando que la economía está colapsada por culpa de las sanciones
internacionales. Se trata de una falacia que ha calado en ciertos sectores
chavistas, sobre todo los más ignorantes y desinformados. Pero al revelarse los
perversos mecanismos de esas llamadas sanciones contra el régimen chavista se
puede determinar que nunca fueron más allá de la amenaza retórica porque nunca
representaron una presión real sobre el régimen.
Estados Unidos
y otros países acordaron aplicar unas supuestas sanciones contra las compañías
internacionales que contrataran directamente con el régimen de Venezuela. Pero
esa política nunca fue ejercida por la fuerza y muy temprano en el comercio
internacional se entendió que se podía seguir negociando con el gobierno
chavista por medio de interpuestas personas y quizás hasta cambiando la bandera
a los barcos.
El chavismo
logró darle la vuelta a la política de sanciones para reducirla a una política
de símbolos sin fuerza real. A eso habría que agregar que el propio gobierno
norteamericano con las administraciones de Trump y Biden otorgó frecuentes
excepciones a transnacionales como Chevron, Conoco-Phillips y ExxonMobil para
seguir sus tratos con el régimen venezolano.
Luego de unas
sanciones que nunca existieron ni se sintieron los Estados Unidos anuncian una
política para flexibilizar un cerco económico que no fue tal. Aun así el
chavismo sigue culpando a las sanciones de su fracaso económico. La realidad es
que el chavismo desmanteló la industria petrolera sacándole dinero y aumentando
su nómina. Al quebrar la industria nacional más importante es lógico que las
arcas del tesoro nacional reciban menos dinero. Y desgraciadamente esos pocos
recursos tampoco serán suficientes para satisfacer las demandas de los
empleados públicos porque una buena parte ya está comprometida con la corrupción
y el pago privilegiado y puntual de las nóminas del sector militar.
Lo fundamental
en la economía venezolana no ha cambiado. El dinero es escaso y está devaluado.
¿Cuánto tiempo le tomará a los militares experimentar esa súbita toma de
conciencia que hoy exhiben con furia las clientelas chavistas frustradas ante
el desastre económico de su propio régimen?.- @humbertotweets
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