En estos días los partidos de la falsa oposición en la Asamblea Nacional 2015, ahora enfrentados por el reparto de la piñata de los activos de Venezuela en el exterior, están tratando de resolver si extienden su vigencia y la del llamado gobierno interino en forma indefinida. Algunos voceros como Julio Borges están abogando por cambiarle el nombre al interinato y según él argumenta “sacar a los partidos del manejo de los activos de Venezuela.” En realidad Borges expresa la inconformidad con la forma como Voluntad Popular ha usado los recursos del Interinato para ponerlos al servicio de sus intereses dejando muy poco para repartir a los otros socios del G4.
Poco
importa el nombre que de ahora en adelante le pongan al Interinato. Menos
relevante aún será si la falsa oposición decide continuar operando como una
plataforma unitaria en lugar de la caricatura de un gobierno de papel. Lo que
en definitiva resolverá el capítulo final de esta comedia es lo que decida -o
no decida- el gobierno de los Estados Unidos en este caso la administración de
Joe Biden.
Fue a partir
del reconocimiento que el gobierno de los Estados Unidos con Donald Trump le
dio al llamado gobierno interino cuando este logró notoriedad y apoyo de otros
países. Pero más que el reconocimiento diplomático fue la decisión de darle
acceso al Interinato para que manejara a discreción los recursos de Venezuela
en el exterior lo que en realidad le dio poder financiero a esta estructura
que, montada en el aire, solo opera como una oficina de lobby y clientelismo en
beneficio de los partidos de la falsa oposición y principalmente del socio
mayor Voluntad Popular.
La decisión de
“reconocer” al gobierno de Juan Guaidó pareciera haber sido el resultado de las
propias contradicciones del gobierno norteamericano que en la época de Trump
proclamaba que “todas las opciones para salir de Maduro están sobre la mesa”,
pero al final, producto de una ambigüedad que ahora se multiplica en las
políticas de Joe Biden, ninguna opción fue ejercida dejando la política de los estados
unidos frente al régimen de Venezuela en manos de la inercia.
Lo único
concreto que ha hecho los Estados Unidos para enfrentar al chavismo en los
últimos dos años ha sido abrirle el acceso al gobierno interino de los activos
congelados para que este los maneje a discreción y sin rendición de cuentas.
Esto, los venezolanos, no lo podemos agradecer. Mientras tanto el régimen
chavista sigue activo invirtiendo millones de dólares para hacer lobby dentro
de la propia administración de Biden y lograr un ablandamiento de sus políticas
frente al chavismo.
El resultado
no podría ser más patético. El llamado gobierno interino de Juan Guaido ha
fracasado políticamente y ha quedado reducido
un antro de corrupción que ahora es incluso denunciada por sus propios
socios inconformes. En buena medida el gobierno de los Estados Unidos es
culpable de este fracaso por carecer de una política frente al régimen chavista
y haber permitido hacerse parte de una comedia que deja en ridículo a la
diplomacia norteamericana.
Es evidente
que desde mediados de 2021 hay un intento de los EEUU de desmarcarse del
fallido experimento del gobierno interino en una forma que no necesariamente
signifique un desaire para sus beneficiarios y una vergüenza adicional a su
fracasada política. El vocero de este cambio de seña fue el embajador James
Story quien le comunicó a la falsa oposición en Abril que su gobierno
reconocería al interinato de Guaidó hasta finales de 2021. Esto fue lo que
provocó el cambio súbito de estrategias de una falsa oposición que de un día
para otro resuelve regresar a entenderse con el régimen chavista para ser parte
de la estafa electoral del 21N.
En el mundo de
la diplomacia y las declaraciones protocolares el interinato, y el nuevo nombre
que adopte a partir de enero de 2022, seguirá teniendo ese reconocimiento
simbólico que a los efectos de sacar al chavismo del poder es completamente
inútil. Le tocará entonces a los Estados Unidos y los órganos de su gobierno
resolver si mantendrán los grifos abiertos para seguir dándole libre acceso a
los recursos de Venezuela en el exterior a estos traficantes de la política.
Esto es en definitiva lo que decidirá la suerte de ese engendro interino. Si
los EEUU reconoce a esa nueva plataforma unitaria, o el nuevo nombre que adopte
el interinato, como un gobierno o como algo menos que un gobierno es lo que
determinará si los recursos de Venezuela seguirán siendo usados para pagar en
dólares a las clientelas de los partidos del G4.- @humbertotweets
No hay comentarios.:
Publicar un comentario