En esta maraña de escabrosos e inconfesables intereses políticos y diplomáticos el futuro de Venezuela luce más incierto que nunca reducido a una balsa que naufraga y lentamente se deshace en las aguas del mar caribe. Ambos, el chavismo y la falsa oposición, han asegurado posiciones que les permitan seguir viviendo de la política en un país de escombros. La mal llamada comunidad internacional disfraza su intención de no hacer nada para ayudar a sacar al chavismo del poder limitándose a unas declaraciones protocolares y a un infame apoyo al hamponato interino de Juan Guaidó. ¿Hacia dónde va Venezuela en esta nueva etapa?
El
país en su conjunto ha sido devastado por algo peor que una guerra civil. El
estado nacional venezolano ha sido sustituido por el estado chavista que opera
como una alianza de intereses criminales y terroristas cuyo único objetivo es
mantenerse en el poder aun al precio de destruir su propia población y su
territorio. Incluso los tiranos más criminales entienden que hay un estado, un
territorio y una población que preservar lo cual a su vez es una forma de darle
un sentido a esas tiranías. Pero no los chavistas. La irracionalidad del
chavismo justifica la destrucción de la nación venezolana si eso les sirve para
mantenerse un día más en el poder.
Esta
lógica es la que permite explicar que Venezuela sea hoy un país colapsado en lo
material, carente de instituciones que garanticen la civilidad y muy próximo a
desaparecer como nación política para quedar reducido a un territorio que es
controlado por grupos guerrilleros, terroristas y megabandas locales.
Millones
de Venezolanos han tenido que emigrar porque no hay formas dignas y decentes
para vivir y trabajar en Venezuela. Tampoco hay seguridad, comida, agua,
electricidad, medicinas, hospitales y cualquier otro elemento que permita
satisfacer necesidades básicas de millones de venezolanos. Los únicos que se
salvan de vivir en esta barbarie son aquellos que decidieron vivir de la
política bien sea prestando sus servicios al régimen chavista o a la falsa
oposición.
Este
pequeño y abyecto universo de venezolanos ruines y desalmados podría llegar en
términos reales al millón de personas. Estas son las clientelas del chavismo y
de la falsa oposición que tratan de representar y justificar la gigantesca
estafa que se comete contra el resto de los venezolanos. Estos son los que se
prestan para participar en elecciones, seguir alimentando vanas ilusiones de un
cambio electoral y propagar la falacia según la cual en Venezuela las cosas no
están tan mal.
Estos
mercenarios de la política y los militares chavistas son los únicos venezolanos
que pueden darse el exquisito lujo de comer tres veces al día, disfrutar la
suculenta comida caraqueña y comprar delicateses
importadas en los Bodegones. Para el lumpen que forma parte de esa clientela
del millón de personas hay otro tipo de incentivos. Para esos hay cajas Clap y
transferencia de grandes masas de moneda devaluada por vía del Sistema Patria y
de las gobernaciones y alcaldías para que sigan defendiendo al régimen político
chavista y alimentando las ilusiones electorales. También hay toda una economía
incentivada por el gobierno que gira en torno a la droga, el narcolavado y el
mercado negro de armas que también beneficia a ese lumpen. Para el resto de los
venezolanos miseria y muerte.
Mientras
Venezuela es cada día menos país, con menos gente y con aún menos territorio el
chavismo anuncia campañas para promover la nueva normalidad. La Venezuela
chavista es una donde hay problemas por culpa de las sanciones internacionales
y el régimen participa en elecciones y a veces pierde. Por su parte la falsa
oposición se hace parte de esta danza macabra apelando a la propia constitución
chavista y sus fraudulentos mecanismos para seguir insistiendo en
negociaciones, elecciones y marchas como vías para salir del chavismo. Unos
(los chavistas) están robando a sus anchas todo cuanto pueden dentro de
Venezuela. Los otros (los falsos opositores) saqueando desde el hamponato
interino los activos de Venezuela en el exterior sin sentirse obligados a
rendir cuentas.
En
buena medida ambos se necesitan, se toleran y se justifican para seguir
derivando beneficios por apoyar al régimen político del estado chavista
establecido en la constitución de 1999 que ha sido generoso con ellos. En manos
de chavistas y falsos opositores Venezuela no irá a ninguna parte en el 2022 y
seguirá extraviada y desangrada. Este cuadro solo sirve para reiterar la
urgente tarea de articular una verdadera oposición que busque la ruptura con el
estado chavista y su oposición colaboracionista para comenzar a reconstruir
sobre los escombros al nuevo estado venezolano. Un estado de ley y orden que
sancione con las leyes más severas a los hampones de la política que han
destruido a Venezuela y asegure la integridad de la nación venezolana y sus
habitantes.- @humbertotweets
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