domingo, 2 de diciembre de 2018

Traición de la transición


Acostumbrada a inventar narrativas para justificarse a sí misma y estafar a la gente, la falsa oposición ha lanzado una campaña mediática para vender la idea de una supuesta transición como forma de salir del chavismo. Como buenos estafadores no se toman la molestia de explicar en qué exactamente consiste esta transición que proponen.
Por el contrario, las debilidades de esta tesis afloran rápidamente cuando se descubre que el peso fundamental de ella se basa en que el chavismo abandone voluntariamente el poder.
Aquí estamos frente a la misma lógica maniquea y oportunista que ha usado la falsa oposición desde 1999 y que ha sido la causa de ya dos décadas de chavismo. La tesis de la transición es la continuación de las viejas propuestas de tratar de enfrentar al chavismo jugando dentro de las reglas de juego del régimen consagradas en la constitución de 1999.
Maestros en el arte del engaño los operadores de la falsa oposición prefieren hablar de lo que ellos llaman el día siguiente, o sea el día después que el chavismo salga del como si esto fuese posible por un mero acto de magia. Saltándose la inevitable etapa de confrontación para derrocar al régimen los operadores de la falsa oposición siguen engañando a la gente con sus prédicas metafísicas e irreales intentando vender la idea que para que el cambio ocurra solo basta agarrarse de las manos, cerrar los ojos y desearlo con fervor.
El objetivo de esta prédica es tratar de lavarle la cara a una oposición que ha sido y sigue siendo colaboracionista con el régimen. Detrás de la idea de transición se esconden toda una serie de perdones e inmunidades para los chavistas más emblemáticos a cambio de que estos supuestamente ayuden al nuevo gobierno.
Por esta vía la falsa oposición en su empeño de que el chavismo le ceda el poder por vía de transición terminaría aceptando el vergonzoso papel de ser parte de un gobierno títere del chavismo. En otras palabras un gobierno de transición no sería otra cosa que uno cuyo presidente podría ser cualquier elemento de la falsa oposición pero dejando intacta la estructura de poder político y militar en manos de mafias chavistas.
Ese gobierno de transición sería víctima de sus propias fallas de origen al tener que rendir cuentas a los reales tenedores del poder. Se trata de una forma que apunta a desmovilizar la confrontación abierta contra el régimen chavista al crear y propagar la ilusión de que las cosas han cambiado aunque sigan peor.
Igualmente sería una forma para disuadir a la comunidad internacional que de otra forma podría considerar como necesaria e inevitable una intervención militar internacional en Venezuela.
Quizás la debilidad más patente de esta tesis es que pone todo el peso de su éxito en la voluntad que tenga el chavismo de participar en este experimento y ceder o compartir parte del gobierno.
Las medidas de presión  que han ejercido países contra altos operadores del chavismo no conducen a un derrocamiento del régimen y quizás ni siquiera logren la tan deseada transición por la que clama la falsa oposición.
El nulo sentido de urgencia de la falsa oposición nos garantiza prorrogarle la vida al chavismo  con promesas falsas de transición, negociaciones y elecciones mientras Venezuela se cae a pedazos.
La tesis colaboracionista de la transición debe ser denunciada y confrontada como la quintaesencia de la traición en la lucha para derrocar al régimen chavista. @humbertotweets


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