El régimen chavista que encabeza
Nicolás Maduro no tiene apoyo político o popular. Se sostiene tan sólo por el
apoyo de facciones militares que coexisten en el seno de la FANB. Estos grupos
no son ajenos al daño que el chavismo le ha hecho a Venezuela y a la propia
fuerza armada.
También sospechan que la caída del
régimen podría desatar un masivo ajuste de cuentas contra los elementos
militares, los cuales fueron instrumentales en el sostenimiento del estado
chavista.
Sin embargo, la situación económica
y social de Venezuela arropa a todos. Incluyendo a los militares y sus familias,
quienes de ser una casta privilegiada comienzan a sufrir los rigores de un
régimen que es tan insostenible como inviable.
Todas las medidas absurdas y los
planes económicos que anuncia el régimen parecen estar dirigidos a persuadir a
una fuerza armada que en lo más recóndito de su alma dejó de creer, desde hace
tiempo, en el chavismo.
El gobierno dio por perdida la
calle. Por eso sus acciones no buscan ni siquiera paliar la situación que vive
Venezuela, sino más bien demostrar a los militares que todavía están en una
situación de poder. Difícil tarea, cuando se evidencian las presiones que desde
el exterior recibe el régimen. Además de la incomodidad de los aliados
naturales del chavismo, quienes ya saben que la caída de la dictadura está
cerca.
Los esfuerzos para reinventarse en
un formato mediático no son otra cosa que reciclar políticas ya fracasadas pero
que buscan crear una ilusión en la casta militar. La ilusión de que todo aún
está controlado por el chavismo, que la crisis financiera no es tal; que habrá
suficientes recursos para alimentar a los militares, incluso para seguir
comprando equipo militar.
En esta falsificación de la realidad
entra el cuento ruso. El régimen chavista de Venezuela le debe hasta el alma a
Rusia. Igual o peor ocurre con China. Ambos países han recibido dinero,
petróleo y oro para saldar deudas que no tienen fin. Tanto China como Rusia son
sabedores de que mientras dure el chavismo en el poder, no habrá estabilidad en
Venezuela para recuperar lo que prestaron. Hasta parecen haber trabado una puja
para ver quién cobra primero, antes de la debacle.
Mientras el chavismo asume que hay
una solidaridad automática de estos países con Venezuela por razones
ideológicas, aquellos han dejado muy claro que su interés es estrictamente
financiero. Ninguna de estas potencias hará del régimen chavista su razón para
enfrentarse con los EEUU, aunque eso sea exactamente con lo que sueña el
régimen de Maduro.
Le costó al régimen varios viajes de
Maduro y de Padrino López a Rusia para convencer a Vladimir Putin de que
enviara unos aviones de exhibición que simularan maniobras militares en apoyo
al gobierno. El show fue tan irrelevante que ni Estados Unidos le dio
importancia.
Lo del apoyo militar de Rusia al
chavismo en Venezuela para impedir una inminente intervención militar
internacional es una historia que los chavistas se han inventado. Persigue
persuadir a los militares de que los rusos tienen interés en apoyar
militarmente a Venezuela.
Por el contrario, la evidencia
apunta a que Rusia no le daría a los chavistas más apoyo que el que le ofreció
a Siria cuando Estados Unidos anunció y ejecutó el bombardeo a bases
terroristas. Entonces, los sirios se quedaron esperando por la anunciada ayuda
de Rusia. Es hora que los militares de las FANB dejen de ser embaucados por el
régimen chavista con cuentos chinos o rusos.- @humbertotweets
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