domingo, 9 de abril de 2017

Diosdado y la vendetta entre chavistas

Cuanto más precaria se hace su posición en el chavismo oficialista más irracional y aturdido se comporta. Diosdado Cabello se ha convertido en el vocero de las ideas más recalcitrantes del chavismo violento, primitivo y minoritario. En su discurso abrasivo los representantes del oficialismo tratan siempre de mantener una relación, aunque sea casual, con la realidad y el sentido común. Muchos de ellos cuidan las formas y aunque abiertamente justifican el régimen y atacan a la oposición cuidadosamente evitan hacer el ridículo. Pero no Diosdado quien aprovecha su aburrido monólogo de los miércoles por VTV para venderse como el chavista más radical.
Detrás de esas afirmaciones cantiflericas anunciando una invasión armada contra Venezuela, el bombardeo del centro de Caracas por parte de los Estados Unidos y las denuncias fabricadas de golpe de estado hay un hombre que se ha quedado solo en el chavismo oficialista y lucha desesperadamente por su supervivencia.  Por eso Diosdado Cabello dice barbaridades que ningún otro chavista se atreve a decir a riesgo de quedar en ridículo ante sus propios compañeros. Ni si quiera Mario Silva lo hace.
El objetivo fundamental del programa de Diosdado Cabello “Con el Mazo Dando” no es destruir la oposición, ni siquiera desacreditarla. ¿Cómo podría ser con un  programa que según cifras de las cableras no tiene una audiencia mayor a 2 mil personas en Caracas? En otras palabras, el programa Zurda Konducta tiene más audiencia que Diosdado Cabello con su bodrio televisivo. No, el objetivo de Diosdado es convencer a los propios chavistas que él es aún una ficha útil y necesaria para el régimen. Que no lo descarten, porque él tiene “algo”.
Diosdado Cabello también se ha empeñado en hacerse acompañar en sus alocuciones de oficiales militares. No se sabe bajo qué condición estos oficiales se prestan para este tipo de acto político o si simplemente lo hacen porque son sus panas. Lo que sí vemos es que están bien entrenados para levantarse y aplaudir cada vez que los enfoca la cámara. ¿A quién pretende intimidar Diosdado rodeándose de militares? ¿A la oposición que sabe perfectamente de lo que él sería capaz? No. Es más probable que ante su minusvalía política y militar Diosdado siga obsesionado en mandarle mensajes al alto gobierno y al PSUV que “él también tiene su gente en las FANB”.
Mientras el régimen se hunde, el chavismo ya está corriendo con el tiempo en negativo. Es la odiosa hora de las negociaciones, pero no las del falso diálogo. Es el momento de negociar quién se salva y quién paga. Nadie quiere pagar por el monumental fracaso de la mal llamada revolución bolivariana, y Diosdado Cabello menos. El pensará, quizás con razón, que sería  injusto hacerlo pagar a él por un fracaso ajeno sin haber tenido la oportunidad que tuvo el afortunado de Nicolás Maduro. Sin embargo, pareciera que su nombre aparece tachado en casi todas las listas confirmando que, por esas incomprensibles intrigas del poder, esta vez se ha quedado solo, sin aliados y con menos amigos que ayer.
Pero Diosdado es obstinado y no se rinde. Cuanto más aislado más parece aferrarse a un sospechoso radicalismo que detrás de sus gritos e insultos trata de ocultar su debilidad en el régimen. No sorprende que la semana pasada Diosdado Cabello se pusiera al frente de los colectivos paramilitares para arengarlos y amenazar de muerte a dirigentes de la oposición despertando suspicacias entre sus propios compañeros. Maduro cuenta con Padrino López, Cabello con los colectivos. La vendetta entre chavistas es inevitable.  @humbertotweets


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