lunes, 24 de febrero de 2025

El chavismo le vuelve a ganar a la oposición

            Una de las condiciones esenciales para ganar la guerra es un diagnóstico exacto del adversario y una valoración cabal del terreno de combate.  Es lo que en la política equivale a una correcta caracterización del adversario y un desapasionado análisis de la correlación de fuerzas.

            Tanto en la política como en la guerra es muy fácil caer en las tentaciones de la sobrestimación o subestimación del adversario. Ambas son visiones contaminadas de la realidad que conducen a graves equívocos de consecuencias muchas veces irreparables.

Sin embargo, la subestimación de la posición y capacidades del adversario resulta la tentación más frecuente porque se suele emplear como una forma de propaganda para tratar de desmoralizar al oponente y animar a las fuerzas propias. El problema se presenta cuando esa pieza de propaganda es usada como insumo para el análisis político llevando a proyecciones totalmente equivocadas.

En Venezuela la oposición y sobre todo el discurso político de María Corina Machado siempre ha anunciado que estamos en la fase terminal del régimen chavista, que se trata de un sistema agotado y a punto de caer. Esta tesis data de 1999. Pero lo cierto y lo único que se puede verificar históricamente es que a pesar de sus crisis cíclicas y estructurales el chavismo sigue intacto en el poder. Solo los necios pueden negar lo evidente.

Admitir que el chavismo es el gobierno realmente existente en Venezuela es lo que en la práctica han hecho la mayoría de los gobiernos del planeta aunque en el ejercicio de la retórica cuestionen el robo de las elecciones por parte del chavismo el pasado 28 de julio.

Este reconocimiento estrictamente pragmático debería ser una de las claves que a su vez debería asumir la oposición venezolana a la hora de evaluar el fracaso reiterado y sistemático de su fallida estrategia electoral como un inexcusable prerrequisito para formular una nueva estrategia política.

Es decir, aquí no se trata de salir a linchar a quienes reiteran la obviedad de que el chavismo sigue intacto en el poder sino más bien de partir del reconocimiento de esa realidad para trazar un nuevo horizonte de lucha.

El chavismo le sigue ganando a la oposición venezolana no solo porque se mantiene en el poder sino además porque en el desarrollo de su estrategia siempre logra que la oposición acepte sus reglas y siga su juego. Es muy difícil o casi imposible imaginar un escenario en el cual la oposición venezolana le pueda arrebatar el poder al chavismo respetando sus reglas de juego y sobre todo participando de sus fraudes electorales.

Pero además el chavismo le vuelve a ganar a la oposición porque una vez más la logra dividir en firmas que presentan dicotomías falaces. Por ejemplo, la división entre los venezolanos que están dentro y fuera de Venezuela ha sido estimulada por el chavismo y ha permeado en los factores opositores. Así se argumenta falsamente que los venezolanos que están dentro de Venezuela sufren más que los que se fueron por lo que sus posturas políticas proclives a participar en los convites electorales del régimen deben ser celosamente respetadas. En realidad los venezolanos de adentro y los de afuera son víctimas del mismo régimen chavista y de sus mascaradas electorales.

Pero quizás la dicotomía más pérfida aún está planteada con el falso dilema de votar o no. En ese debate está embarcada la oposición venezolana hoy. Luego de 26 años de fraudes y robos electorales debería estar muy claro que la vía electoral es inviable e insostenible como método de lucha para sacar al chavismo del poder. Pero una vez más esta oposición se divide para pelearse las burusas que el régimen les lanza en formas de posiciones clientelares y que aquellos en forma sibilina justifican como puestos de lucha democrática.

El chavismo retiene el poder y le sigue ganando a la oposición venezolana porque esta sigue atrapada haciéndole el juego electoral al régimen chavista. Que María Corina Machado ahora llame a no votar no corrige la situación y solo confirma que haber participado en el fraude electoral del 28J fue un dramático error aunque ahora se pretenda presentar como una victoria simbólica y épica.

En la guerra y en la política las únicas victorias que cuentan son las que se definen materialmente en la lucha implacable por el poder, todo lo demás es pura prosa confinada al reino de la metafísica desde donde es muy difícil influir la realidad.- @humbertotweets 

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