Hay varias cosas que son evidentes en la actual coyuntura política que vive Venezuela. El régimen chavista opera con estrategias y métodos propios de un sistema totalitario como el cubano y ensaya su propia versión de fascismo. La inmensa mayoría de los venezolanos desconoce, repudia y ha expresado rechazo a ese régimen de varias maneras. La naturaleza totalitaria y fascista del régimen chavista lo lleva a cancelar las instituciones democráticas y usar la fuerza para mantenerse en el poder.
En
ausencia de garantías constitucionales para la participación política es
imposible aspirar a un cambio de régimen desde las entrañas del mismo régimen o
respetando su pseudo legalidad como vanamente ha intentado la falsa oposición
electoral en estos 25 años.
Para
sacar del poder a un régimen fascista y totalitario como el chavista no existe
otra salida que las vías de fuerza bien sean éstas derivadas de un conflicto
interno o externo. Internamente las opciones serían un levantamiento popular
que logre apoyos de sectores militares o una rebelión militar dentro de las
propias fuerzas militares chavistas. Ambas opciones lucen hoy distantes por la
ausencia de una resistencia organizada políticamente y la represión masiva y
sistemática que aplica el régimen a la población civil desarmada y a sus
propios militares para prevenir una rebelión.
Esto
deja sobre la mesa la opción de una eventual intervención militar internacional
cosa que se dice muy fácilmente pero que por sus graves implicaciones nunca
logra materializarse. Lo primero que hay que comprender es que ningún país, ni
siquiera los Estados Unidos, está obligado a intervenir en el conflicto interno
de Venezuela para corregir la situación. Y esto es así porque la racionalidad
de cada estado es actuar en defensa de sus propios intereses no en defensa de
los intereses de otros.
Casi
siempre se invoca la presunta jurisdicción universal de los derechos humanos
para justificar la intervención de un Estado en los asuntos internos de otro,
pero ese argumento retórico en realidad enmascara una realidad geopolítica
cuando un Estado llega a la conclusión que es vital para sus intereses
intervenir en los asuntos de otro.
El
punto aquí es entender que ningún país entrara en un conflicto directo con
Venezuela solo para salvar a los venezolanos del fascismo chavista. Y mientras
esto sea así no veremos más que declaraciones diplomáticas de condena al
régimen y solidaridad con los venezolanos unas más altisonantes que otras, pero
nada más.
El
chavismo entiende esta dinámica y la explota en su beneficio. Esto le permite
atacar a los Estados Unidos en foros internacionales como la ONU al mismo
tiempo que en forma puntual y confiable le suministra petróleo barato. Y no se
olvide que a pesar de estar formalmente rotas las relaciones entre Venezuela y
los EEUU las negociaciones entre ambos continúa en forma fluida, directa y sin
intermediarios.
El
Estado chavista parece haber encontrado una zona de tolerancia en la cual puede
insultar y vejar a sus pares internacionales sin mayores consecuencias en la
medida en que no afecte intereses sensibles de otros Estados. Esta política le
ha rendido dividendos a un país como Cuba que sobrevive y colapsa en las
narices de los Estados Unidos sin que este país muestre la menor intención de
querer intervenir para salvar al pueblo cubano como también podría considerar
hacerlo con el venezolano.
A
las acusaciones de los vínculos del régimen chavista con organizaciones
terroristas antinorteamericanas como Hamas y Hezbollah los Estados Unidos no
les ha otorgado credibilidad y quizás por eso aún Venezuela no entra en la
lista de países enemigos de los EEUU. Sin embargo, hay sectores envalentonados
dentro del régimen chavista que están presionando para hacer un pacto con Irán
que le permita a este país instalar un complejo industrial militar en
Venezuela. De concretarse esta operación la misma constituiría un acto de
provocación que no pasaría desapercibido para los Estados Unidos y el abandono
inmediato de la política en la zona de tolerancia que hasta ahora ha
beneficiado al chavismo.- @humbertotweets
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