Uno de los errores más graves que se puede cometer con un régimen como el chavista es caer en la simplificación o subestimación. Estos vicios contaminan el análisis y llevan a conclusiones y estrategias equivocadas. Esto es precisamente lo que ha caracterizado a la falsa oposición desde 1999. Esa dirección política ha venido diseñando en forma consecutiva estrategias equivocadas subestimando la infinita capacidad del chavismo para hacer daño y su calculada capacidad de maniobra.
En
esta oportunidad se nos presenta una nueva situación que no puede ser
despachada con frivolidad. Siguiendo su tradición de empujar para conocer los
límites reales de su adversario, en forma sorpresiva para muchos, el chavismo
anunció la incorporación de Alex Saab como uno de sus representantes en las
negociaciones que adelanta en México con la falsa oposición. Esto no se puede
explicar simplemente alegando que el régimen está desesperado y quiere hacer de
Saab parte de la negociación para su eventual liberación o que se trata de una
jugada para abandonar las negociaciones. En el fondo hay mucho más que eso.
Es
cierto que Alex Saab es una ficha importante del régimen por las misiones
especiales que le fueron asignadas. La posibilidad de ser capturado y juzgado
por los Estados Unidos es parte de un riesgo que seguramente ya había sido
anticipado por sus jefes. De manera que lo más probable es que la información
que pueda aportar, si es que decidiera cooperar, cualitativamente no cambiaría
en forma sustancial el expediente que ya tienen los EEUU contra los altos
operadores del régimen chavista. Además en un sofisticado ecosistema criminal
como el chavista los operadores actúan como células con cierta autonomía de
manera que si uno cae esto no ponga en riesgo toda la operación.
Si
esto es cierto, entonces ¿Por qué el régimen chavista ha movido cielo y tierra
para liberar a Alex Saab como si este fuese poseedor de todos sus secretos? El
chavismo está haciendo exactamente lo mismo que hizo en su momento por “El
Pollo”Hugo Carvajal cuando fue detenido en Aruba y manipulo para rescatarlo. Es
lo mismo que seguramente harán con cualquier otro operador, civil o militar,
del mismo calibre. Pero más allá del daño que eventualmente podría hacer la
información que estos operadores detenidos puedan hacer está uno de los
objetivos del chavismo que es reafirmar a los otros operadores que siguen
actuando dentro y fuera de Venezuela que nunca serán abandonados si caen
presos.
Lo
que también se debe examinar en estos casos no es tan solo las maniobras políticas,
legales y financieras para lograr la liberación de estos operadores como se ha
visto en el caso de Alex Saab. Quizás el objetivo más preciado para el chavismo
es el uso que le pueda dar esa situación desfavorable en su estrategia
geopolítica.
El
régimen sabe perfectamente que Alex Saab nunca será parte del grupo negociador
en México. La liberación de Saab no está en manos de la falsa oposición. Y si
fuese así ya lo habrían liberado. Ni siquiera se puede decir que es una
decisión exclusiva del gobierno norteamricano. Se trata de un proceso que
involucra a varias instancias políticas y judiciales del estado norteamricano
en el cual ninguna podría garantizar sin negociar con las otras un acuerdo para
liberar a Saab. No es realista pensar entonces que el chavismo espera de verdad
que Saab sea liberado como resultado de su nueva inmunidad como negociador.
Si
no es su liberación ¿Qué podría estar buscando el chavismo al incorporar a Alex
Saab como parte de su grupo de negociadores en México? Acaso abandonar las
negociaciones con el pretexto de que Saab no fue incorporado tal como ellos lo
han pedido? ¿Por qué abandonar unas negociaciones las cuales solo le producen
ganancias al régimen?
Hay que recordar que fue Rusia quien
primero vinculó el caso Saab a las negociaciones de México alegando que la
extradición de Saab sería una amenaza a las negociaciones. Rusia, a diferencia
de los Estados Unidos, decidió junto a China formar parte de los países que
acompañan y avalan al chavismo en estas negociaciones. Los EEUU por su parte en
una jugada que delata su improvisación resolvió jugar un papel neutral donde
una de las partes representa a un gobierno que ellos mismos reconocen.
Tampoco
se puede obviar los esfuerzos que ha hecho el chavismo para meter de cabeza a
los Estados Unidos en la negociación inclusive por la vía de buscar una
confrontación directa, cosa que los norteamericanos han evadido.
El
régimen chavista está montado en una estrategia de largo plazo para seguir en
el poder. Las negociaciones con la falsa oposición sólo fortalecen la posición
del régimen al oficializar la cohabitación con sus aparentes adversarios. Pero
la clave de esta estrategia no está en la política interna del chavismo sino en
el manejo geopolítico.
Es
evidente que en estas negociaciones el chavismo cuenta con los apoyos de Rusia
y China frente a la neutralidad de los Estados Unidos. La jugada de hacer a
Alex Saab parte del grupo chavista que negocia en México busca por una parte
usar a Saab como parte esencial de la propaganda chavista para levantar la
moral de sus otros operadores que ahora ejecutan las tareas similares a las
asignadas a Saab. Y por otra parte buscaría provocar una reacción de los
Estados Unidos. Pero quizás el objetivo más ambicioso del chavismo sea poner el
tema Venezuela en el centro de la confrontación de imperios que se desarrolla
entre los Estados Unidos, Rusia y China.-
@humbertotweets
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