La falsa oposición en Venezuela se hunde cada día en el pantano de sus debilidades y sus propias contradicciones. La esperanza que pudo significar una Asamblea Nacional y un gobierno interino para la liberación de Venezuela se ha desvanecido con el tiempo. Hoy ni siquiera el G4 se atreve a defender sus propios espacios tal como quedó evidenciado con la firma del “Memorando de Entendimiento” donde la falsa oposición finalmente se rinde a los pies del chavismo y lo reconoce como la única autoridad de gobierno.
A la falsa
oposición se la ha dado todo lo que ha pedido. Se les han dado los votos y los
apoyos a sus candidatos presidenciales. Cuando llamo a votar se votó. Cuando
llamó a no votar se le acompañó aunque en ningún caso las razones estuvieron
claras y carecían de una estrategia. Se les apoyó en su Asamblea Nacional en el
2015 y finalmente en su gobierno interino en el 2019. En cada una de esas
coyunturas la mayoría de los venezolanos parecía estar dispuesta a creer, una
vez más, en uno de los atajos prometidos por la falsa oposición. Mayor
generosidad no se podría esperar de los millones de venezolanos que han tenido
que soportar pacientemente los rigores del chavismo mientras la falsa oposición
encuentra su camino.
De esas
esperanzas ya hoy no queda nada. Los venezolanos tienen todo el derecho a ser
cínicos y escépticos con sus dirigentes porque han sido traicionados muchas
veces y la traición se ha pagado con sangre y muerte. No es casual que casi el
90% de los venezolanos rechace por igual a Nicolás Maduro y Juan Guaidó como
símbolos del desastre nacional. Tampoco es casualidad que ahora que la falsa
oposición se embarca en una nueva negociación con el chavismo y se prepara para
volver a pedir el voto en la estafa
electoral de esta temporada, la mayoría de los venezolanos les den la espalda.
Mientras el
país se cae a pedazos la falsa oposición en un ejercicio impenitente de autismo
político sigue su encerrona con el régimen chavista en México. Lo que allí se
discute no es el futuro de Venezuela, ni el destino de los presos políticos
militares. En México se está definiendo la política del reacomodo de la falsa
oposición en la etapa que el chavismo trata de inaugurar con su nueva normalidad
política y económica. El reseteo chavista ofrece oportunidades para que los
operadores de la falsa oposición sigan viviendo de la política al igual que “bolichicos”
y “boliburgueses” al amparo de la nueva economía dolarizada.
Aunque las
negociaciones de México ya sellaron el final de la Asamblea del 2015 y el
llamado gobierno interino de Juan Guaidó quizás por un reflejo automático la
falsa oposición, y en especial los de Voluntad Popular, se resisten a entrar de
lleno en la nueva dinámica donde los recursos ya no vendrán de los activos de
Venezuela en el exterior sino de las transferencias que directamente les haga
el chavismo a través de algunas alcaldías y gobernaciones.
Por
eso llama la atención que a pesar de haber defenestrado a su asamblea e interinato
reconociendo en cada párrafo y documento al estado chavista, hasta ahora sigan
dejando a Juan Guaidó y su elenco de funcionarios y embajadores hacer el
ridículo y actuar bajo una representación que ni siquiera sus pares del G4 les
reconocen.
¿Hasta
cuándo va a esperar la falsa oposición y el G4 para anunciar formalmente que la
farsa de la Asamblea Nacional del 2015 y el gobierno interno de Guaidó ha
llegado a su final? ¿Acaso van a esperar a que Jorge Rodríguez los regañe en
público y los amenace con abandonar las negociaciones que tanto necesita la
falsa oposición para entonces declarar formalmente el cierre de esa Asamblea y
el Interinato?
La
Asamblea Nacional del 2015 y el gobierno interino de Juan Guaidó eran parte de
la estafa de la falsa oposición para hacernos creer que se trataba de espacios
para enfrentar al régimen. Pero nunca hicieron nada para derrocar al régimen
chavista, ni una ley y menos aún un decreto. En realidad resultaron
oportunidades de negocios para unos políticos corruptos que de todas formas
terminarían echándose en brazos del régimen chavista. Como toda farsa esta también debe terminar. Es cuestión de semanas,
quizás de días, para que la misma falsa oposición anuncie el desmantelamiento
de estas estructuras pseudo legales y se integre en cuerpo y alma al régimen en
una cohabitación que de hecho ya existía pero que de ahora en adelante tendrá
la bendición legal del estado chavista y su constitución espuria de 1999.- @humbertotweets
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