La
Mesa de la Unidad Democrática está tratando de revivir cambiando sus formas
pero no su sustancia. En esencia sigue siendo una alianza de partidos que trata
de negociar condiciones electorales con la dictadura. Pero ahora en lugar de
dar la cara se esconde detrás de un llamado Frente Amplio supuestamente
integrado por organizaciones de la sociedad civil.
La
semana pasada se realizaron dos eventos para presentar este “frente amplio “que
se inaugura con la misma narrativa retórica y demagógica de la MUD. Sin
propuestas concretas y con una prosa descolorida y difusa esta nueva máscara
anuncia que luchará por mejorar las condiciones electorales tal como lo ha
hecho la MUD hasta ahora.
Fracasa
deliberadamente este Frente en caracterizar al gobierno de Nicolás Maduro como
una dictadura y siguiendo el refinado y delicado lenguaje de los asesores de la
MUD prefiere llamarlo autoritarismo. Grave ausencia de definición política.
En
lugar de atacar la base de la ilegalidad chavista que nace en la Constitución
de 1999, en un desenfrenado arrebato de sospechoso civismo, el frente en su
documento anuncia que defenderá justamente esa Constitución.
Por
supuesto, a la convocatoria a este sainete muy mal llamado frente amplio solo
atendieron esas organizaciones de la sociedad civil que son manipuladas por los
partidos políticos que integran la MUD. En otras palabras, se fabricaron una
sociedad civil que viene operando como apéndice de esos partidos. En esos
eventos no participaron representantes de la Conferencia Episcopal, ni de la
resistencia, ni militares y por supuesto fue notoria la ausencia de
organizaciones e individualidades genuinos representantes de la verdadera
sociedad civil que difieren de la MUD.
Desde
el principio la convocatoria fue selectiva y eso demuestra que más que un
frente político la MUD simplemente ha creado un club de amigos incondicionales
para que les haga el trabajo que por su propia debilidad política ellos no
pueden hacer.
Y
siguiendo el comportamiento de esos partidos ya se están repartiendo los cargos
de ese frente confirmando su naturaleza esencialmente burocrática.
La
unidad que propone este frente es del tipo de unidad que permite meter en el
mismo saco de gatos a las familias de las víctimas de asesinatos políticos y
torturas a compartir en la misma mesa de unidad junto a ex chavistas tales como
Miguel Rodríguez Torres y Luisa Ortega Díaz. Esta idea oportunista de unidad no
es nueva. Es la misma que la oposición electoral manoseó para apoyar en su
momento a Francisco Arias Cárdenas y luego para darle cobijo a Henri Falcón.
Todo
esto presenta a una MUD desesperada por recuperar su influencia política la
cual ha perdido ante el masivo movimiento abstenciones en toda Venezuela que se
ha desmarcado del oportunismo político y de la estafa electoral.
La
unidad verdadera que reclama Venezuela es la unidad con el propósito único de
derrocar la dictadura de Nicolás Maduro. Llamados ambiguos y blandengues a
negociar condiciones electorales con el régimen, aunque vengan disfrazados de
sociedad civil, solo buscan la cohabitación con el régimen.
No
se le puede llamar frente porque es la MUD quien está escondida detrás y no da
la cara. Tampoco es amplio porque hay numerosos sectores civiles y militares
que no participan allí por no suscribir la estrategia de la cohabitación para
sacar a la dictadura. Se trata en realidad de un club de amigos donde todos
están de acuerdo con todo y nadie contradice a nadie. Tal como operan los
partidos políticos, sobre todo los de la MUD. @humbertotweets
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