El
daño que la MUD le ha hecho a la causa democrática es tan grave como el que le
ha hecho el régimen a la república. Casi irreparable. De la dictadura chavista
sabemos a qué atenernos. Se trata de un modelo corrupto y tiránico que se
instaló en 1999 con la intención de jamás abandonar el poder.
En
el caso de la MUD y la llamada oposición electoral el daño es más perverso
porque viene escondido en forma de esperanza e ilusión. La MUD ha llevado
adelante una estrategia de oposición al régimen que no ha hecho otra cosa que
legitimarlo y hacerlo más fuerte.
Es
innegable que el discurso electoral de la MUD sorprendió en su buena fe a
millones de venezolanos que siempre asistieron puntualmente a votar como una
forma de salir del régimen. Sin embargo, la realidad destruye la ilusión
electoral. La verdad es que estamos en dictadura y no hay salida electoral
viable mientras la tiranía controle el poder.
Con
este discurso legitimador de la dictadura la MUD se ha convertido en el mejor
agente del régimen para propagar y fortalecer su agenda. El gobierno usa
operadores de la MUD para hacerles repetir consignas tales como “dentro de la
Constitución todo, fuera de ella nada” y “votar para ganar espacios de lucha”.
El objetivo de estas consignas es desmovilizar a la sociedad para hacerle creer
que el cambio político sólo será posible dentro de una institucionalidad que no
existe.
La
lucha que nos propone la MUD y sus desacreditados partidos es una lucha de
brazos caídos, de ruego y postración ante el tirano. En lugar de apostar por la
organización de la protesta popular y la movilización esta oposición solo hace
ejercicio de su apetito burocrático para lograr puestos en la Asamblea
Nacional, en las gobernaciones y ahora en las alcaldías para satisfacer a su
clientela.
La
oposición al estilo de la MUD es la de los espacios burocráticos que el régimen
le adjudica para hacerlos parte de su sistema de prebendas y control social. La
dictadura sabe que mientras la oposición siga ocupada en la vía electoral no
habrá movilización de calle porque esta siempre será desmontada por la propia
dirección política de la oposición como ya se ha visto.
De
poco o nada ha servido que la MUD tenga el control de la Asamblea Nacional. El
pueblo les dio un mandato que ellos mismos se negaron a cumplir enredándose en
laberintos oportunistas para terminar con ningún logro de significación para la
causa democrática. Los cuatro gobernadores adjudicados a Acción Democrática y
los alcaldes que la dictadura le ceda a la MUD no podrán hacer más que pagar nómina
y repartir contratos. Ninguno de ellos está dispuesto a confrontar la
dictadura. Por el contrario, todos ellos con gusto se arrodillan ante el
régimen con tal y los dejen en sus cargos.
La
manera oportunista y burocrática de hacer oposición que propone la MUD debe ser
desechada porque en sí constituye una estafa política apoyada en el atajo
electoral y las negociaciones con e régimen. Los únicos espacios de lucha a la
orden de los ciudadanos son la movilización de calle, la clandestinidad y el
exilio para articular una gran fuerza nacional e internacional que derroque la
tiranía. Estos son los verdaderos espacios de lucha que históricamente han
funcionado contra las dictaduras.
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