La política tiene verdades crueles.
Son aquellas que desafían todos nuestros cálculos y nos negamos a aceptar. Pero
poco a poco la verdad termina por revelarse y de golpe nos pone los pies en la
tierra. Es un poco lo que nos pasa en Venezuela cuando tratamos de anticipar
posibles desenlaces a esta macabra pesadilla.
De alguna forma dirigentes
opositores y analistas coinciden en asignarle un papel decisivo a las FANB para
cualquier evento ulterior que se desencadene. En lo que no estamos de acuerdo
es en qué dirección se moverá el factor militar. Desafiando toda la evidencia
histórica, incontrovertida hasta este momento, hay quienes insisten en decir
que existe supuestamente un sector “institucional” en las FANB que estaría
dispuesto a levantarse en contra de la dictadura. Esta hipótesis parece ignorar
a propósito que más de 15 años de purga, control ideológico y corrupción han dejado a
las FANB sin militares neutrales. Allí cada quien le debe un favor a alguien y
todos están porque en algún momento juraron lealtad personal al comandante
supremo.
Hay otra hipótesis. Esta sugiere un
presunto descontento de militares chavistas que se estarían desmarcando de los
maduristas por una supuesta traición al legado de Chávez. Los más audaces
aseguran que la Fiscal Luisa Ortega Díaz tendría simpatías importantes en este
sector.
Ambas hipótesis alientan la falsa
esperanza de que algún día de estos, quizás antes del 30 de julio, “algo va a
pasar” dentro de las FANB que altere el dramático curso de los acontecimientos
que todos de alguna manera u otra ya nos sospechamos.
Los políticos opositores han hecho
un extraordinario esfuerzo para enviar mensajes de ablandamiento y simpatía a
estos dos segmentos que supuestamente existirían en el seno de las FANB. Estos
llamados a la sensatez, defender la Constitución y a bajar las armas se pierden
en las redes sociales y parece que nunca llegaron a tocar la fibra de su
indiferente audiencia.
La realidad cruel, la que nos
negamos a aceptar, es que no hay militares institucionales dispuestos a
defender la Constitución y la república. Que los militares chavistas, no
maduristas, no son suficientes para levantarse en contra del régimen y
discretamente solo ofrecen su simpatía a la Fiscal Luisa Ortega Díaz sin que
esa expresión amable de solidaridad signifique algo más.
La descomposición moral de las FANB
ha permitido que el régimen fomente vigorosamente en su seno una cultura de
corrupción a todos los niveles que permite controlar toda la institución a
través de una amplia red de complicidades. A esto se suma el proceso de
fragmentación de la unidad de mando interna entre varios intermediario para
evitar que la rebelión de un comandante pueda efectivamente convertirse en un
alzamiento general.
Es cruel porque se trata de una
confrontación asimétrica donde la minoría militar armada, desconoce a la
mayoría y ataca directamente a una población civil desarmada y sin medios
materiales para llevar adelante una guerra convencional. Los venezolanos
avanzamos hacia una confrontación política y militar inédita. Es la del pueblo
en contra de una fuerza armada forajida que actúa por su cuenta como un
ejército mercenario. Es algo para cual nunca nos preparamos. Mejor es asumir la
realidad en toda su crueldad para saber a qué atenernos. Para bien o para mal,
en esta batalla por la libertad, no
contamos con las FANB.-
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