La base de apoyo del régimen ha
disminuido drásticamente hasta solo quedar montado en los militares y los
colectivos paramilitares como agentes de la represión. El PSUV como partido no
existe. Los partidos del Polo Patriótico han sido arrastrados por el deslave
chavista y solo van a la caza de las migajas que va dejando el PSUV. Las
últimas movilizaciones del chavismo oficialista en el centro de Caracas y la
Av. Bolívar solo han sido posibles gracias a la participación obligatoria de
los empleados de PDVSA La Campiña y de efectivos de la Guardia Nacional
vestidos de civil. La debacle del chavismo es inocultable.
Todo esto confirma lo que dicen las
encuestas. El rechazo al régimen ya supera el 80% lo cual le deja una base de
apoyo de un 20% o menos integrada por la clientela de las misiones, empleados
públicos y, por supuesto, las fuerzas armadas. Aquella formidable alianza
electoral y social que construyó Chávez
en 1998 y que profundizó en los primeros años de su gobierno ha sido destruida
por sus herederos. El gobierno ha perdido completamente el apoyo en las clases
medias y bajas del país al extremo de recibir los más estruendosos cacerolazos
en las barriadas populares más emblemáticas de Venezuela tales como Petare, El
Valle y el 23 de enero.
Así es virtualmente imposible que el
régimen gane ninguna elección. Ni elección de gobernadores, ni elección
general, y menos una Constituyente. Hasta comienzos de este año el cogollo
chavista estaba convencido que la crisis de su gobierno era coyuntural y que lo
único que necesitaba era ganar tiempo y diferir cualquier elección hasta el
2018 cuando las condiciones podrían mejorar. Pero todo apunta que cada día la
crisis se profundiza llegando a un nivel que escapa a la capacidad de maniobra
del régimen para recuperarse electoralmente.
Luego de la sentencia del TSJ
intentando anular a la Asamblea Nacional y la ola de protestas que se
desencadenaron el gobierno cambió su valoración del conflicto a una que admite
que la recuperación política y electoral del chavismo no es posible y plantea
la necesidad de mantener el poder “como sea.”
Sobre este diagnóstico el régimen
lanza la fórmula suicida de la Constituyente Comunal que podría ser electa con
la base electoral chavista del 20%. En medio de la prisa y la desesperación por
despachar esta elección fraudulenta para Junio de este año el gobierno no ha
podido explicarle al país y menos a su base chavista porque la solución a los
males del país es liquidar la Constitución de Chávez. Para asombro de todos
Maduro argumentó que la"...actual Constitución es causal de alta impunidad
y de modelo económico rentista...".
La convocatoria de una ANC no oculta
la intención de crear una situación de facto con barniz pseudo legal para nunca
más entregar el poder por la vía democrática. Esto lanzará al país los hasta
ahora desconocidos caminos de una guerra civil que por su crueldad y brutalidad
jamás se podrá comprar con las jornadas más violentas de Ezequiel Zamora. La
minoría fanática en el poder prefiere quemar el país y su gente que entregar
pacíficamente el gobierno. Sera una batalla definitiva entre la civilización y
la barbarie por el alma de la república. @humbertotweets
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