A papelillo quedó reducido nuestro signo monetario en medio del caos y la miseria.
El régimen sigue dando bandazos con medidas económicas desesperadas que no resolverán el problema fiscal de fondo.
La destrucción de la economía tiene su máxima expresión en el triste espectáculo de los billetes de Bs. 100
Pero aun así hay un segmento de la población que aunque minoritario no lo ve igual y sigue esperando las dádivas del régimen.
Prebendas que no llegarán porque el tamaño del desastre escapa a cualquier cálculo audaz.
A quienes de buena fe sigue apoyando la caricatura de la revolución chavista no les quedará otra que despertar de la pesadilla en medio de la oscuridad y unirse al resto de los venezolanos en su dolor.
Todo, absolutamente todo ha sido devaluado y pulverizado por este gobierno.
Hasta los billetes de Bs.100 que ahora no los aceptan ni en los juegos de monopolio.
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