Un peligroso hábito de los malos conductores es pisar el acelerador cuando ven a la distancia que la luz del semáforo acaba de cambiar al color amarillo. La intención es poder cruzar la intersección segundos antes de que cambie a rojo. Muchas veces estos conductores no logran esta operación con éxito y terminan cruzando cuando el semáforo está en rojo, con letales consecuencias.
En
algo parecido anda el régimen chavista desde hace tiempo sobre todo en lo que
respecta a sus relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica. El chavismo
agrede y ataca al gobierno norteamericano lo suficiente para causar ruido y
molestia, pero sin sobrepasar ciertos límites. En otras palabras, cruzando ágilmente
cuando la luz esta en amarillo sin llegar a pasarse la luz roja, hasta ahora.
Esta
política estridente que pareciera espontánea muestra claras señales de obedecer
a un diseño deliberado y sistemático para mantener siempre un nivel de tensión
sin llegar al punto de reventar la cuerda. Esta dinámica se ha caracterizado
por ataques retóricos al tiempo que el chavismo es un suplidor barato y
confiable de petróleo para los EEUU. Los americanos privadamente lo agradecen
por la presión que tienen derivada de la guerra entre Rusia y Ucrania.
En
el marco de esta política los Estados Unidos liberaron a los narcosobrinos y a
Alex Saab a cambio de ambiguas promesas de una supuesta apertura democrática en
Venezuela. El régimen chavista y los Estados Unidos han suscrito numerosos
acuerdos de tipo político los cuales el chavismo ha incumplido en su totalidad
como los llamados Acuerdos de Qatar. Sin embargo, el chavismo se ríe en la cara
de los americanos, los llaman mentirosos y los acusa de no cumplir los
acuerdos.
El
fascismo chavista del siglo XXI no solo se mofa de los gringos y los acusa de
supuestos golpes de Estado. Este régimen se jacta públicamente de mantener
alianzas activas con estados enemigos de los EEUU como China, Rusia, Irán y
Corea del Norte. En la práctica el territorio venezolano es una base de
operaciones militares de China y Rusia. Los Estados Unidos lo saben y, por
razones que no explican, lo toleran.
Desde
hace unos años el régimen chavista descubrió otra cantera para seguir
alimentando su estrategia frente a los Estados Unidos. Esta consiste en
capturar ingenuos ciudadanos norteamericanos que en contra de las advertencias
del Departamento de Estado Norteamericano se van a Venezuela por razones de
turismo o placer. Como es lógico la gran mayoría de estos ciudadanos
norteamericanos ha prestado servicio militar participando en algunas de las
operaciones militares que los EEUU despliegan en el mundo. No importa el rango
ni su nivel de destrezas, con ese antecedente es suficiente para que los
sagaces servicios de espionaje chavista los califiquen de súper espías.
A
estos supuestos espías los acusan de tomar fotos del metro y de las represas,
como si en pleno siglo XXI no existieran los drones. Solo en la diminuta
inteligencia del teniente Diosdado Cabello se puede concebir como coherente la
noción de unos espías contratando guías turísticos locales para hacer labores
de inteligencia y reconocimiento del terreno.
En
los últimos días Cabello confirmó la detención de 4 ciudadanos
norteamericanos, junto a otros 3
españoles, todos los cuales fueron acusados de espionaje con la misma
ambigüedad que caracterizó al régimen cuando declaró que había ganado la
elección del 28 de julio. Las supuestas pruebas que se presentan son tan
absurdas y ridículas que es inevitable pensar en que se trata de nuevos rehenes
que serán canjeados por nuevas concesiones para el régimen chavista.
Uno
no puede menos que preguntarse si esto es descuido, desinterés o una brillante
política del Departamento de Estado norteamericano, sin precedentes en la
doctrina hemisférica del país del norte. También habría que preguntarse en qué
se podría traducir concretamente que el chavismo cruce la línea roja para que
el gobierno norteamericano declare que su seguridad nacional y sus intereses
están en peligro. Ciertamente hasta ahora la alianza del chavismo con China,
Rusia e Irán y el secuestro de ciudadanos
norteamericanos aún no significan el cruce del semáforo en rojo. Habrá
que esperar nuevos niveles de escalamiento por parte de un chavismo
envalentonado para ver si cambia la señal.-
@humbertotweets
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