Hay quienes insisten que para que Venezuela se recupere como país debe regresar a la política.
En líneas muy
generales podemos intentar definir a la política como todo aquello que
concierne y corresponde a un Estado determinado.
La política
involucra los asuntos de un Estado específico y los grupos que se disputan su
control.
Las elecciones y
los temas electorales son parte de la política, pero no la agotan porque hay
muchos otros factores y dinámicas que pertenecen a este campo.
Entonces aunque lo
electoral forma parte de la política esta no puede confundirse con lo
estrictamente electoral.
Quienes han
sostenido en los últimos años que en Venezuela es necesario regresar a la política
en realidad lo que proponen es regresar o mantenerse en la vía electoral como
una contraposición a la abstención o la no participación electoral.
Votar no es la única
forma de ejercer la política. También lo puede ser el ejercicio de la abstención
o cualquier otra actividad que dentro de ese Estado regule las relaciones de
poder como bien lo podrían ser la organización de sindicatos y la convocatoria
de una huelga general.
Esta distinción
entre lo electoral y lo político se apreció con más nitidez en esta reciente campaña
electoral.
Electoralmente
hablando se pudo constatar la conformación de dos bloques claramente definidos
y un pequeño archipiélago de otras opciones.
En términos
electorales se confrontaron las candidaturas de Nicolás Maduro con la de
Edmundo Gonzalez y un grupo residual conformado por otros candidatos para un
total de 10.
Se puede argumentar
que la dinámica electoral logró mostrar los contrastes ideológicos y hasta filosóficos
de cada opción.
Sin embargo, desde
el punto de vista político todos estos bloques y opciones desaparecen para
conjugarse en una sola posición que postula la participación electoral como la única
forma de hacer política y niega su contraparte que es el no voto o abstención.
En este sentido la abstención
también es una forma de hacer política por cuanto tiene un efecto en las
relaciones de poder.
Esta abstención
como una posición política no debe confundirse con otro tipo de abstención inducida
por manipulaciones al registro electoral.
Es perfectamente legítimo
y legal no votar cuando las opciones ofrecidas no satisfacen los intereses o
las expectativas de los ciudadanos.
De hecho millones
de venezolanos que no se sintieron representados por las opciones electorales
del chavismo o de su oposición prefirieron abandonar el país y en consecuencia
no votar.
Mientras en
Venezuela no haya un sistema electoral transparente y confiable será muy difícil
determinar el peso real de la abstención como una posición política
diferenciada de aquella que es provocada en forma deliberada para influir en el
resultado electoral.- @humbertotweets
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