En un régimen tiránico como el chavista es el escenario militar donde se decide la política, no en la calle ni en unas elecciones fraudulentas. Esta tesis se sustenta en el papel instrumental que ha ejercido unas FANB que no están al servicio de la nación sino de la macolla gobernante. Es a través de la violencia física e institucional ejercida a través de su componente militar como el chavismo ha logrado imponerse en contra de la mayoritaria voluntad nacional.
Pero
esta tesis no implica o no puede implicar un desconocimiento de la presión de
la gente en contra del régimen desde la calle, aunque este sea incidental y
hasta simbólico. ¿Por qué? Porque si bien es cierto que un pueblo
desorganizado, desarmado y atemorizado no tiene la capacidad orgánica de enfrentar
en forma directa al régimen chavista sí podría ejercer presión sobre uno de sus
pilares, en este caso el militar, no para combatirlo sino para tratar de
fracturarlo y eventualmente lograr que algunas de sus facciones cambien de
bando.
La
mayoría de los defensores de la vía electoral para sacar al chavismo del poder
apuestan a que el CNE chavista proclame unos resultados favorables y a partir
de ese momento el régimen y en especial sus Fuerzas Militares acaten la
decisión popular y se inicie de inmediato el proceso de transición. Es
indudable que si el CNE anuncia unos resultados favorables a Edmundo Gonzalez
es porque el régimen decidió rendirse. Por lo que no es probable que una vez
anunciados esos resultados sean desconocidos por las FANB o el TSJ chavista.
Por eso lo vemos como un escenario muy improbable.
Por
el contrario, lo más probable es que el CNE chavista proclame a Nicolás Maduro
ganador y los órganos del Estado chavista como las FANB y el TSJ cierren filas
defendiendo su propia pseudo legalidad.
Ante
la ausencia de garantías institucionales para revertir esa decisión del Estado
chavista a quienes apoyan la candidatura de Gonzalez y la tesis de voto no les
quedará otra opción lógica que presionar desde la calle. En esa coyuntura tan
especial se requiere de una dirección política y de un liderazgo que esté
dispuesto a convocar a la calle y además tenga la claridad del objetivo
político que se persigue. Este no podría ser el mítico y metafísico llamado a
que “el pueblo tome el poder”.
El objetivo de
esta masiva movilización debería ser ejercer presión sobre el componente
militar para tratar de lograr su fractura y en ese proceso ganar aliados
militares dentro de la actual estructura, dispuestos a hacer respetar un
resultado que ha sido violentado en contra de la propia Constitución chavista.
Este
posible desarrollo no es un secreto para el chavismo. Por eso el Estado
chavista ha sido incruento e insolente con sus propios militantes, porque sabe
perfectamente que si se fractura el componente militar ese régimen con todos
sus órganos estaría técnica y materialmente caído.
Por
eso todo lo que hace el chavismo en el marco del fraude electoral no hay que
verlo como tácticas para robar votos en las mesas electorales que es como lo
presenta la falsa oposición. Todas las acciones del chavismo apuntan a
presentar un resultado que aunque no se parezca a la realidad permita
racionalizarlo ante los ojos de su componente militar, que es lo único que
importa, y sus operadores. En otras palabras, a los militares chavistas no se
les va a pedir que defiendan un fraude sino que defiendan la legalidad que ha
sido expresada por los órganos jurídico-políticos del régimen.
Tampoco
es probable que un oficial o un soldado entrenado en la obediencia a la ley y
sus superiores puedan ejercitar algún tipo de discernimiento que le permita
distinguir la realidad de la maniobra. En todo caso, y como siempre ha ocurrido
en el seno de las fuerzas militares, hay facciones mayoritarias y minoritarias
que se mueven en bloques según perciban donde está la correlación dominante.
Esa fue la lógica que se impuso el 14 de Abril del 2002 cuando varios
comandantes militares lograron coordinarse para restituir a Hugo Chávez en el
poder.
Una
de las dificultades que va a tener la falsa oposición electoral que apoya a
Edmundo Gonzalez y lidera María Corina Machado es justamente resolver que hacer
la noche del 28 de julio. Sobre todo porque los operadores de la MUD han cedido
ante el chantaje del régimen en el sentido de actuar como camisas de fuerza y
cortafuegos en contra de la reacción popular de sus propios seguidores ante un
resultado adverso.
Y,
como ya lo hemos explicado, sin una dirección política y sin un liderazgo con
una estrategia para buscar el quiebre de la FANB chavista será muy difícil, si
no imposible, siquiera intentar captar aliados dentro de ese oscuro e
impredecible ecosistema. Si la ambigüedad y la improvisación es lo que se
impone como conducta desde la falsa oposición le será relativamente fácil al
régimen chavista anunciar sus resultados, demandar de sus fuerzas militares
pleno acato a esa legalidad y neutralizar de ser necesario a algunos oficiales
y efectivos que demuestren inconformidad.- @humbertotweets
No hay comentarios.:
Publicar un comentario