La semana pasada en La Razón presenté unas hipótesis sobre cómo podría operar el reparto de las gobernaciones y las alcaldías entre el régimen chavista y la falsa oposición. Mi análisis partía de la premisa que lo del 21 de Noviembre, como en todas las elecciones anteriores y las que vendrán con el chavismo, no era una elección sino un adjudicación de cargos con base al pacto político entre chavismo y falsa oposición. Desde ese ángulo traté de explorar cómo podría operar ese reparto insistiendo que aunque lo más noticioso y comentado sean los nombres de los favorecidos lo realmente relevante era la lógica que usaba el chavismo para perpetrar esta operación.
En líneas
generales nos atrevimos a sugerir que el chavismo podría entregar a la falsa
oposición gobernaciones como Zulia y Lara para cumplir su parte de las
negociaciones de México con la MUD y además intervenir en la selección de quién
será el vocero de la falsa oposición reconocido por el régimen para perfilarlo
como un posible candidato presidencial en las elecciones del 2024. Manuel
Rosales, quien se mueve muy bien entre los dos bandos de la falsa oposición,
resultó favorecido con la gobernación del Zulia en una jugada donde la cúpula
madurista sacrifica al chavista Omar Prieto ficha de Diosdado Cabello, cuya
posición dentro del régimen se sigue devaluando.
Advertimos en
el referido artículo que bajo ninguna circunstancia el régimen entregaría las
gobernaciones de Miranda y Táchira, ni la Alcaldía de Caracas como en efecto
ocurrió. Poner a ganar en el Táchira a Fredy Bernal con menos de 3 mil votos
frente a Laidy Gómez parece ser más una advertencia de la cúpula Madurista para
que Bernal sea consciente de su gran fragilidad dentro del régimen y revise y
sus conexiones con Diosdado Cabello.
El
reparto incluye las gobernaciones de Cojedes y Nueva Esparta para dos
operadores de la falsa oposición como una retribución por el eficiente papel
que han jugado las dos bandas de Acción Democrática como agentes del régimen. A
esto habría que sumar un centenar de Alcaldías entregadas a las franquicias
partidistas de los dos grupos de la falsa oposición, interinato y alacranes.
Esto marcaría el reingreso formal de toda la falsa oposición al régimen
chavista.
Con
este reparto el régimen no solo busca afianzarse en el poder con la ayuda de la
falsa opción sino que además sigue su proceso de mutación del chavismo
originario al madurismo aunque la esencia del estado chavista se mantenga
intacta. Para abrirle espacio a la falsa oposición dentro del régimen había que
sacrificar algunas fichas propias y estas en su mayoría resultaron ser los
candidatos chavistas a gobernaciones y alcaldías vinculados a Diosdado Cabello.
Por
esto no se puede pasar por alto lo que en este momento está ocurriendo con
Barinas donde el propio régimen ha dejado colar la versión de entregarle esa
gobernación al falso opositor Fredy Superlano. Lo que está en disputa no es un
asunto de votos sino entregarle ese cargo a Voluntad Popular y al mismo tiempo
librarse “democráticamente” de las dos familias Chávez acusadas en los círculos
maduristas de ser “pedigüeños impenitentes” en todas las oficinas del gobierno
con la excusa de portar el ADN del comandante supremo.
El
régimen chavista bien podría sacrificar a Argenis Chávez, hermano de Hugo Chávez,
para ofrecer pruebas de la transparencia de sus elecciones fraudulentas en
ámbitos internacionales. Así lo anecdótico sustituiría las consideraciones de
fondo tales como el hecho de que el régimen controla todos los poderes e
instituciones para fabricar resultados electorales a su medida. ¿Cómo se podría
hablar de fraude si hasta el hermano de Chávez perdió en su estado? preguntaran
los cómplices e incautos.
Pero
el sacrificio del hermano de Hugo Chávez en Barinas tendría además otro
sentido. Y este es que marcaría un
evento más, en una cadena de muchos, donde se viene verificando la sustitución
del llamado chavismo originario por el madurismo que hoy controla todos los
ejes del poder del régimen chavista. En esta purga unos han sido asesinados
como el caso de Raúl Isaías Baduel. Otros están muertos en vida como Miguel Rodríguez
Torres. Algunos han sido aislados y execrados como Elías Jaua. Los que conocen
el monstruo por dentro y saben de lo que es capaz han preferido desertar como
lo hicieron Cristopher Figuera y el “Pollo” Carvajal. Solo van quedando
elementos como Diosdado Cabello en situación de preaviso y con muy pocas
posibilidades de sobrevivir la fase madurista del régimen chavista.- @humbertotweets
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