Más que una rueda de prensa fue una confesión para constatar lo que muchos venezolanos sabíamos, pero nos negábamos a aceptar. Leopoldo López desde España admitió públicamente lo que tantas veces él mismo y sus colegas de falsa oposición negaron: que efectivamente no solo hubo una sino varias negociaciones entre ellos y el régimen chavista. Así, con desenfado, Leopoldo López se despacha los muertos de las protestas convocadas por él mismo y que luego fueron vendidas y simplemente usadas como “presión” para negociar con el chavismo.
Pero lo que
causó más estupor en la audiencia fue la terca insistencia de López en
justificar más presiones internacionales y de calle para solamente sacar a Nicolás
Maduro de la presidencia y negociar con su entorno dejando intacto todo el
aparato chavista. Este es el mismo López que el 30 de Abril del año pasado
trató de armar un gobierno con Padrino López, Maikel Moreno, y Christopher
Figuera. Entonces, lo de negociar como sea con el chavismo es en serio. Eso no
ha cambiado.
Con la certeza
del prestidigitador que tiene a su público cautivado Leopoldo López pasó a
delinear su agenda, que es exactamente en lo se ha embarcado la falsa oposición
con el hamponato interino de su compañero Juan Guaidó: Sanciones
internacionales, selectivas porque no incluiría a todos los jerarcas del
chavismo; negociaciones con todos los
jefes chavistas dispuestos a sacar a Maduro; un gobierno de transición que, por
supuesto, incluya chavistas y sostenga el estado como lo establece la
constitución de 1999; y, finalmente, unas elecciones con condiciones mínimas en
las cuales como es de suponer participaría el chavismo en igualdad de
condiciones y donde López esperaría ser coronado como Presidente.
Esta agenda
que beneficia a Leopoldo López en lo personal también favorece los intereses
del régimen chavista cuyos operadores estarán encantados de seguir negociando
con la falsa oposición para ver si estiran lo que queda de esta arruga veinte
años más.
El empeño de
Leopoldo López en centrar su ataque en Nicolás Maduro y dejar intacto al
chavismo solo augura más tragedia y destrucción para Venezuela. Pero el
habilidoso Leopoldo tiene un plan alterno que le ofrece un destino distinto al
del resto de los venezolanos. Y su plan no es otro que trabajar incansablemente
por el reconocimiento y la legitimación del hamponato interno en forma
indefinida o hasta que la dictadura caiga, como ellos gustan decir.
El
reconocimiento del hamponato interino que hoy preside Juan Guaidó es lo que le
permitirá a la pandilla de Leopoldo López y Voluntad Popular ponerle la mano a
los activos de Venezuela en el exterior con el cínico pretexto de
“resguardarlos.” La realidad evidencia que mientras el chavismo hace de las
suyas dentro de Venezuela y saquea a sus anchas, en el exterior el grupo que
solo le rinde cuentas a la familia López hace lo propio con todos los bienes y
dineros que pertenecen a la nación venezolana. Se
trata de muchos, muchos millones de dólares que están en juego como para
quedarse mirando desde la embajada de España en Venezuela mientras otros se reparten
el botín.
En las
próximas semanas veremos más jugadas y más audacias de Leopoldo López alineadas
con su ambición. Pasar agachado en el tema de las elecciones de USA y
escrupulosamente evitar mencionar el nombre de Donald Trump en su rueda de
prensa es parte de ello. También viene la reactivación de las negociaciones
directas con Diosdado Cabello vía Thomas Shannon quien, de ganar Biden,
regresaría a la escena esta vez para ayudar a articular un gobierno de
transición en Venezuela con la bendición de un hipotético presidente demócrata.
Y por supuesto la consulta estafadora de Guaidó. Esta será clave incluso en el
escenario indeseable para Leopoldo de una victoria de Trump porque será el
argumento para justificar que el hamponato interino siga siendo reconocido
internacionalmente y como consecuencia manejando los bienes de la nación en el
exterior.
El chavismo en
Venezuela ha tenido éxito en buena medida por su habilidad para fabricar
opositores a su medida. Así ocurrió con Henrique Capriles Radonski quien se encargó
de llevar a la gente a las elecciones varias veces para venderlas otras tantas.
Y en una etapa más reciente así ocurre con Leopoldo López quien alentó las
protestas en la calle para usarlas como presión en sus negociaciones con el
régimen chavista. En ambos casos, Capriles y López, han sido y siguen siendo
defensores y beneficiarios de la constitución chavista de 1999 y de su régimen político.
Leopoldo López
y Henrique Capriles representan dos versiones de la misma estafa política:
Negociaciones, elecciones y cohabitación.- @humbertotweets
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