Así como el régimen chavista ejerce el monopolio de las armas en contra la población civil para someterla a su voluntad, la falsa oposición por su parte ejerce el monopolio de la representación política a graves de los partidos al presentarse como la única alternativa frente al régimen. En los veinte años de chavismo esa oposición siempre ha insistido que la única forma de oponerse al gobierno chavista es a través de elecciones, aunque ellos mismo admiten que estas sean fraudulentas, y ultimadamente a través de partidos políticos.
Elecciones y
partidos que siempre terminan haciéndole el juego a la narcotiranía al
neutralizar los movimientos insurreccionales para derrocar al chavismo con
fórmulas legales y jurídicas tributarias de la constitución chavista de 1999.
Los falsos opositores repiten al unísono con los chavistas “dentro de la
constitución todo, fuera de la constitución nada.” Y ese es el mantra diabólico
que le quieren seguir imponiendo a los venezolanos después de dos décadas de
desilusiones y desesperanzas.
Entonces a los
venezolanos siempre se nos plantea un falso dilema: O soportar al régimen
chavista con sus consecuencias o echarse en brazos de la falsa oposición y sus
partidos porque, según dicen, eso es lo
que hay. No importa que se trate de una
oposición que es traidora y colaboracionista. Tampoco importa que abiertamente
se vendan al régimen o incluso que traicionen a militares insurrectos. Menos
aún importa que esa oposición se robe el dinero de los venezolanos porque según
justifican es mejor que se los robe los opositores que los chavistas.
Podría parecer
políticamente incorrecto decirlo, pero luego de veinte años de traiciones es
una verdad incontestable: Para salir del chavismo primero hay que salir de la
falsa oposición que siempre se atraviesa y antepone sus intereses a los de la
nación venezolana. Si no se hace a un lado a la falsa oposición, con su G4 y
todos los demás partidos no podremos salir jamás del chavismo porque en esa
cepa de podredumbre siempre habrá algún parásito dispuesto a traicionar más que
los otros, como ya lo ha demostrado hasta la saciedad Henrique Capriles
Radonski.
Esa misma
falsa oposición, cuyos elementos más tóxicos y conspicuos son Juan Guaidó y
Leopoldo López de esa mafia llamada Voluntad Popular, es la que ahora con la
mayor desvergüenza propone un mal llamado pacto de unidad para un supuesto
gobierno de emergencia nacional. Muchos venezolanos ingenuamente pensaron que
al apoyar a Juan Guaidó en enero de 2019 estaban apoyando un gobierno de
emergencia nacional. Veinte meses después descubren que lo de Guaidó nunca fue
ese tal gobierno de emergencia nacional para sacar al chavismo del poder, sino
más bien un interinato convertido en una inmensa y sofisticada trama de corrupción
que se gasta el dinero de los venezolanos en el exterior, para que los
chavistas no lo hagan primero.
Ahora intentan
convocar una consulta para legitimar el saqueo que están perpetrando contra
Venezuela. Porque el único interés que podría tener Juan Guaidó, Leopoldo López
y su camarilla mafiosa de la falsa oposición en continuar al frente del
interinato es seguir recibiendo dinero de organismos internacionales y ahora
controlar la administración de los activos de Venezuela en el exterior hasta
que caiga Maduro, o sea en forma indefinida y sin estar obligados a rendirle
cuentas a nadie.
No es un pacto
lo que han firmado esos 37 partidos liderados por el G4 actuando como padrino
de cosa nostra. En realidad es un
contrato para repartirse entre todos el dinero que le vaya entrando al
interinato. Y el llamado gobierno de emergencia nacional no es más que una
excusa para orquestar un saqueo urgente de los dineros y recursos de la nación
venezolana en el exterior aprovechándose de ese limbo jurídico en el que reina
el interinato de Guaidó. Y para refrendar la estafa ante los ojos de Venezuela
y del mundo nada mejor que convocar a los venezolanos a que se hagan parte de
otra consulta para darle un cheque en blanco a la falsa oposición.
Si ese dinero
y esos recursos que quiere controlar el interinato se gastan en pagar
palangristas, burócratas o en alcohol y prostitutas, no importa. Total para
ellos eso sería aceptable a que se lo gastaran los chavistas. Esa es la moral
del “cucutazo” que a un nivel de paroxismo nos propone la falsa oposición.- @humbertotweets
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