I.SENTENCIADOS. Basta leer las sentencias que ha producido el máximo tribunal desde su último asalto en diciembre de 2015 para apreciar el más absoluto desprecio por la norma jurídica. Más que sentencias son avales y cheques en blanco para que el poder ejecutivo actúe con total impunidad. Para esto usan un repertorio de falacias muy poco creativas y en la mayoría de los casos con razonamientos contradictorios. Los magistrados actúan con la certeza que sus actos nunca serán juzgados y jamás rendirán cuenta por sus acciones. Pero olvidan que sentencias, como la última, que niegan la ayuda humanitaria a Venezuela pueden acarrear responsabilidad penal ante cortes internacionales por un delito conocido como genocidio y que por su naturaleza es imprescriptible.
II. CORRUPCIÓN BOLIVARIANA. La descomposición del movimiento bolivariano ha permeado a todos los niveles de su estructura en el gobierno y el PSUV. No solo son los funcionarios corruptos identificados con el remoquete de boliburgueses, ni los militares en cargos públicos acusados de corrupción. La corrupción ha llegado a los estamentos más bajos del PSUV y sus militantes. Funcionarios y militantes del partido de gobierno están implicados en el suministro de comida a las redes de bachaqueros para sacarle provecho a la crisis. Los bachaqueros de hoy así como los raspacupos de ayer representan una gangrena que ha hecho metástasis a todo el cuerpo de la fallida revolución bolivariana.
III. ELECCIONES SUPERVISADAS. El fraude continuado del Consejo Nacional Electoral se ha hecho en público y ante los ojos impávidos de los ciudadanos. El fraude lo hacen modificando a discreción el reglamento electoral y saltándose en forma vulgar la ley para darle ventajas a las opciones del gobierno. Es lo que siempre han hecho y seguirán haciendo. El proceso para el Revocatorio es una evidencia más del abusivo ventajismo del CNE. Pero las cosas han llegado a un descaro tal que de ahora en adelante es muy probable que el régimen apele al robo abierto de votos. Con este CNE hay plena garantía que el proceso estará marcado por el signo del fraude. Solo una supervisión de las elecciones por parte de la OEA podría mitigar en parte la parcialización del organismo electoral en Venezuela.
IV. PANDILLA. Es evidente que no hay interés en el gobierno en emprender un diálogo honesto. El diálogo es visto como una oportunidad más para alargar la convocatoria al Revocatorio y atornillarse al poder. Mientras esto ocurre el país se derrumba cada día. El régimen siente la urgencia de mantenerse en el poder, mas no la urgencia en tomar las decisiones para salvar al país de la catástrofe. En este contexto la oposición debe incrementar la presión sobre el régimen para provocar el realineamiento de los sectores menos radicales que podrían desplazar a la pandilla de los 3. Mientras la pandilla de los 3 mantenga el control no habrá diálogo y su legado será nefasto no solo para el país sino para el chavismo.
V. PARTIDA. Una máxima que nunca se debe olvidar es: “Los estados no tienen amigos, tienen intereses.” Esta máxima explica posiciones aparentemente contradictorias de gobiernos como el de Macri y el de Santos con relación a la situación en Venezuela. En el caso de Argentina el interés de Macri en lograr la Secretaria General de la ONU para su Canciller Susana Malcorra ha moderado la posición de ese país al punto de convertirse en un neutralizador de los esfuerzos para aplicar la Carta Democrática a Venezuela. Con Colombia, en los últimos días se ha comentado que su negativa a suministrar la partida de nacimiento de Nicolás Maduro es con el objeto de usarla como instrumento de presión -¿chantaje?- para defender sus intereses geopolíticos frente a Venezuela. Los colombianos saben que Venezuela sería capaz de cualquier cosa en aras de ocultar la verdadera nacionalidad del Presidente Nicolás Maduro. @humbertotweets
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