El Fiscal Tarek William Saab anunció hace unos días la detención de Tareck El Aissami en lo que oficialmente se conoció como la trama PDVSA-Cripto.
Según la versión
oficial, El Aissami y sus colaboradores junto a otros importantes funcionarios
habrían recibido pago por ventas de petróleo en forma de criptomonedas que
nunca ingresaron al tesoro nacional.
Según la versión
del Fiscal el móvil habría sido el lucro y el intento de sabotear la economía,
aunque no explica cómo operaría ese presunto saboteo.
Lo único concreto y
consistente en la versión del Fiscal William Saab, con respecto a su
declaración hace un año, es que en manos de Tareck El Aissami y su grupo se
perdieron 21.000 millones de dólares.
21.000 millones de
dólares es mucho dinero que seguramente desborda la capacidad de gasto de los
implicados, sus familiares, amigos y muchos otros.
En una Venezuela
donde el salario promedio oficial de un empleado público no supera los 35
dólares, la cifra de 21.000 millones de dólares revienta cualquier comparación
posible.
Y aunque parezca
ocioso hay que preguntarse ¿qué se puede hacer con 21.000 millones de dólares?
Seguramente muchas
cosas más que atesorar esa fabulosa cantidad en una cuenta bancaria o en una
granja de criptomonedas para asegurar riqueza y opulencia de por vida.
21.000 millones de
dólares podrían financiar una revolución educativa, agraria o de cualquier otro
tipo.
Puesto todo en un mismo
emprendimiento, 21.000 millones de dólares es mucho dinero para incentivar a
mucha gente a hacer cosas por primera vez.
Unas insospechadas, otras
inimaginables.- @humbertotweets
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