Venezuela cayó en manos del chavismo en buena medida por la bancarrota moral de la clase política gobernante hasta 1999 en la democracia o Estado de partidos. Se trata de una clase política que no sólo se ha empeñado tercamente en la estrategia equivocada frente al chavismo sino que además ha sobrevivido con sus prácticas inmorales a través de nuevos dirigentes vendidos como los nuevos salvadores de la patria. Sin embargo, en la primera oportunidad que se les presentó para manejar la cosa pública hicieron igual o peor que el chavismo en veinte años.
El experimento
de un supuesto gobierno interino que se levantaría como una opción de gobierno
frente al Estado realmente existente que opera en Venezuela y dirige la macolla
de Nicolás Maduro ha sido una de las estafas políticas más grandes que se
conozca en la historia de Venezuela. La idea sonaba tan seductora que levantó
la esperanza de millones de venezolanos que vieron en ella la oportunidad de
articular un eje de lucha real contra el Estado chavista. Aunque detrás de la
maniobra estaban los operadores políticos de la falsa oposición, la MUD, el G4
y los ambiciosos jóvenes de Voluntad Popular y Leopoldo López, la gente parecía
estar dispuesta a darle una nueva oportunidad a quienes blandían el slogan de
moda: "cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones
libres".
Sin embargo,
el gobierno interino de Juan Guaidó se convirtió en una gigantesca operación
para saquear los fondos de la ayuda humanitaria internacional y los activos de
Venezuela congelados en el exterior. Países como los Estados Unidos, Canadá y
España no solo aportaron gigantescas cantidades de dinero al gobierno interino
de Juan Guaidó sino que además le permitieron a sus operadores manejar a su
antojo los activos en el exterior sin estar sujetos a control ni rendición de
cuentas a ninguna instancia dentro o fuera de Venezuela. El gobierno interino
comenzó a operar como un verdadero cartel de corrupción para beneficiar a los
operadores y clientelas de los partidos de la falsa oposición, en especial a
los de Voluntad Popular partido de Leopoldo López y al cual obedece Juan Guaidó.
Con la mayor
desvergüenza se conformaron redes de asesores, operadores y embajadores con
salarios en dólares basados en los niveles de Norteamérica con fondos obtenidos
de la ayuda humanitaria internacional y el flujo de caja de los activos en el
exterior. Así como el chavismo ha saqueado los recursos públicos en Venezuela,
la falsa oposición a través del interinato de Juan Guaidó ha hecho exactamente
lo mismo. No hay forma de justificar un tipo de corrupción y condenar la otra.
Ambas prácticas inmorales son las que han arrastrado a Venezuela al borde de su
destrucción y deben ser rechazadas sin contemplación.
Unos de los
subterfugios usados por el hamponato interino de Juan Guaidó y sus defensores
es que la USAID norteamericana nunca le entregó directamente dineros a Juan Guaidó
o representantes del interinato. Como evidencia irrefutable el informe del
gobierno interino anexa una declaración de un funcionario norteamericano para
despejar las dudas. En realidad es un tecnicismo que intenta disimular las
colosales dimensiones del saqueo. Es cierto que la USAID no entregó
directamente dineros al interinato de Guaidó, lo hizo a través de terceros o de
interpuestas personas que previa aprobación de Carlos Vecchio ficha clave de
Leopoldo López, fueron receptoras de esos fondos.
En un informe
elaborado por Zacarías Foster de la Embajada Ciudadana de Venezuela se
demuestra cómo previa aprobación de Carlos Vecchio cientos de organizaciones no
gubernamentales recibieron millones de dólares para financiar supuestos
programas de ayuda social pero que fueron a parar a los bolsillos de los
operadores del interinato de Guaidó y la falsa oposición. Casi todas estas
organizaciones fueron registradas en los Estados Unidos después del 2019 con el
propósito de recibir esos fondos y son dirigidas por operadores vinculados a
los partidos de la falsa oposición, en especial de Voluntad Popular.
Hasta la fecha
el interinato de Juan Guaidó ha controlado la asignación de más de 1000
millones de dólares. En un caricaturesco informe Guaidó justificaba el gasto de
esos dineros en bonos, ayudas sociales y la sospechosa categoría “defensa de la
democracia”. La obscuridad en la gestión de esos recursos y la renuencia a
rendir cuentas en forma apropiada por parte del interinato hace suponer que
esos dineros fueron malversados para transferir recursos a los partidos
políticos de la falsa oposición y a los operadores del interinato a través de
organizaciones no gubernamentales fantasma creadas con ese único propósito.
Ahora que la
falsa oposición está embalada a participar en el fraude electoral del 2023 ya
sabemos el origen de los recursos de las costosas campañas que trataran de
convencer a los desprevenidos sobre las bondades de ir a votar. La falsa
oposición prefiere que se hable de sus primarias y no del destino final de esos
recursos otorgados al interinato por agencias internacionales para ayudar a los
venezolanos. Son miles de millones de dólares que han podido ser usados para
articular la salida del chavismo del poder pero que solo servirán para pagar
por el exilio dorado de personajes tales como Carlos Vecchio y Leopoldo López
quienes jamás podrán explicar cómo hacen para vivir cómodamente en el exterior
sin un trabajo conocido.- @humbertotweets
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