La lucha para sacar al chavismo del poder se libra en varios frentes. Uno de ellos es la confrontación con el régimen chavista por todos los medios posibles para detener su efecto destructivo sobre la nación venezolana. Esto significa exponer con claridad la gravedad de la crisis que podría terminar con el desmembramiento de Venezuela y ganar apoyos en sectores civiles y militares para defender la integridad política y territorial de nuestra nación. Otro frente de lucha, quizás más importante aún, es precisamente la articulación y coordinación de fuerzas en torno a una propuesta eficaz y viable para enfrentar exitosamente al régimen chavista. Sin ideas ni estrategias claras seguiremos dando bandazos en la urgente tarea de sacar al chavismo del poder. Por eso todas las propuestas que se nos presenten como alternativas al chavismo tienen que ser examinadas y criticadas para determinar si nos ayudan o no a lograr el objetivo final.
Luego
de la farsa electoral del 21 de noviembre María Corina Machado presentó una
propuesta para enfrentar la actual coyuntura política en buena medida definida
por el descrédito y la bancarrota de la falsa oposición y su gobierno interino.
El planteamiento de MCM se centra en las ideas de organizar una nueva dirección
política de la oposición al chavismo que dirija la lucha para sacarle del poder
y que esta dirección sea electa por los venezolanos. Es indudable que la
propuesta refleja la genuina preocupación de la proponente para sacar al
chavismo del poder. Pero, ¿elegir democráticamente a una nueva dirección
política nos acerca a ese objetivo? Veamos.
¿Qué
es lo que podría diferenciar a esa dirección política tanto del chavismo como
de la falsa oposición? ¿Qué es lo que en verdad nos desmarca del chavismo? Las
diferencias, si son fundamentales, no podrían reducirse simplemente a un mero
cambio administrativo de gobierno, con o sin elecciones, dejando intacto al
régimen político sobre el cual se apoya este gobierno. Entonces, esto nos debe
llevar a definiciones más complejas tales como si esa dirección política
defiende o se deslinda de la constitución chavista de 1999 sobre la cual
descansa todo el régimen político.
Hasta
ahora todos los partidos políticos, incluido Vente Venezuela de María Corina
Machado, han defendido la tesis de enfrentar los gobiernos chavistas pero
siempre apegados al marco que regula este régimen político y que está contenido
en la constitución chavista de 1999. Estas dos décadas de lucha han demostrado
que esa es la tesis equivocada. Oponerse electoral o políticamente al régimen
chavista dentro de los límites de un marco jurídico hecho a su medida solo
conduce a una perpetuación del chavismo. De nada valen elecciones, referendos o
firmazos si todos tienen que pasar por las instituciones y normas de un estado
diciendo para operar a perpetuidad.
Más
importante que elegir democráticamente a una nueva dirección política es
definir primero una posición frente al régimen político chavista en su conjunto
y no solo en cuanto al gobierno de Nicolás Maduro. Y aquí identificamos una
diferencia sustancial con la propuesta de María Corina Machado. No es tanto la
legitimidad lo que nos hace falta sino más bien la claridad de saber hacia
dónde debemos ir. Una vanguardia política con ideas y estrategias claras podría
ganar apoyo popular por la calidad de sus planteamientos más que por ser el
resultado de una elección.
Por
ejemplo, la actual coyuntura está definida por la sustitución del estado
nacional venezolano por el estado chavista y sus fuerzas armadas. Si esta
vanguardia asume que estamos frente a una crisis de gobierno entonces lo más
probable es que propongan elecciones con arreglo a la constitución chavista de
1999 como solución, Si por el contrario esa dirección política concluye que lo
que tenemos al frente es una crisis de estado entonces lo más probable es que
nos proponen una ruptura con el actual régimen político y no un gobierno de
transición que deje intactas las estructuras políticas y militares del viejo
régimen. ¿Cuál será la propuesta de esa dirección política?
Además
de una definición precisa en lo coyuntural es necesario un planteamiento
programático que le presente a los venezolanos la antítesis de lo que significa
la políticas clientelares y socialdemócratas del chavismo y la falsa oposición.
Esa dirección política no puede ser concebida como una banalización de la
crisis con la fórmula clientelar “aquí todos caben.” Esta propuesta debería
interpretar el sentimiento mayoritario de los venezolanos en rechazo a toda
política asociada con posturas de “izquierda” o formas agazapadas de
clientelismo político. Esa dirección política tendría que ir por la vía
contraria, por la vía de la derecha, si se le prefiere llamar de esa manera,
pero dándole contenido a esa ambigua denominación con ideas claras en defensa
de la patria, la familia y la propiedad. ¿Tendrá esa dirección política la
claridad y la transparencia para desafiar la tiranía cultural de la izquierda
aun cuando eso signifique “perder popularidad”?
Hay
otros aspectos de forma que resultan problemáticos en la propuesta de María
Corina Machado. ¿Quiénes se presentarán a esa elección? ¿Quiénes pagarán sus
campañas? ¿De dónde saldrá el dinero para pagar esa movilización? ¿Se puede
hacer una elección de esa naturaleza, o de cualquier otra, en las condiciones
depauperadas que hoy sufren los venezolanos? La propia María Corina refiere, en
apoyo a su propuesta, las experiencias del firmazo del 2003 y el llamado
referéndum popular del 16 de julio del 2017. MCM olvida mencionar que ambos
fueron esfuerzos extraordinarios pero condenados por la vana ilusión electoral
que no ayudaron en nada a sacar al chavismo del poder.
En
algo fundamental si estamos de acuerdo con María Corina Machado. Es urgente
estructurar una nueva dirección política para coordinar las luchas que saquen
al chavismo del poder. Nosotros agregamos, esa dirección debe ser civil y
militar además de asumir una posición
frontal e irreductible de confrontación al régimen de 1999 y su constitución y
construir sus tesis esenciales en torno a esta definición. Los venezolanos
estamos hartos de elecciones. Lo que la gente reclama es un nuevo régimen
político basado en la ley y el orden en defensa de la patria, la familia y la
propiedad. Para esto no hace falta ir a una elección, sino tener las ideas y los
valores claros. Estas podrían ser las banderas de María Corina Machado, si ella
quiere. Y nosotros, sin reservas, la acompañaríamos.- @humbertotweets
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