La tarjeta electoral de la MUD ya no
existe, pero esta alianza de franquicias partidistas sigue operando. Ahora
escondida tras el velo del llamado Frente Amplio. Esta extraña asociación de partidos
colaboracionistas y representantes del chavismo originario está organizando un
congreso para, según dicen, presentar propuestas al país. Dichas propuestas
estarían basadas en la ideología de los consensos y la negociación, seguramente
adornadas con una retórica abundante de promesas vacías y desconectadas de la
dramática realidad que vive Venezuela.
La verdad, se trata de otro
sofisticado esfuerzo de mercadeo para intentar deslizar las ideas de una nueva
ronda de negociaciones con el régimen, y eventualmente participar en otras
elecciones el próximo 2019.
La falsa oposición electoral ha
sacado sus cuentas. Sabe que veinte años de fracaso de sus tesis conciliadoras
y colaboracionistas le ha llevado a perder el respaldo popular. Sin este
respaldo, los partidos de la MUD valen cero. No sólo electoralmente, sino en
cualquier mesa de negociación, pues queda claro que solo se representaban a sí
mismos y que ya perdieron hasta la capacidad de convocar a una protesta
pública.
La misión fundamental del llamado
Frente Amplio es que las masas que han abandonado a los partidos
colaboracionistas regresen nuevamente a su carril. Para esto era necesario no
solo cambiar el ya desprestigiado nombre de la MUD y adoptar otro más engañoso,
sino además crear la apariencia de unos eventos donde una supuesta sociedad
civil debate y elabora propuestas.
Lo que no dicen es que esa sociedad
civil que convocan está conformada por representantes gremiales y sindicales
que han salido precisamente del seno de estos partidos colaboracionistas. Así,
los dirigentes más desprestigiados se hacen momentáneamente a un lado para que
otros menos desprestigiados asuman la vocería y sean los encargados de vender
las nuevas tesis plenas de engaño e ilusión.
La falsa oposición ha cabalgado
estos veinte años sobre promesas que solo han conducido a legitimar y
entronizar el régimen chavista. Ha sido una forma de hacer política que ha
fracasado, y si lo permitimos, dejará el chavismo en el poder dos décadas más.
El Padre José Virtuoso, miembro del
llamado Frente Amplio, declaraba hace unos días que una de las cosas que
intentan lograr con ese Congreso es “reavivar la esperanza”. Aquí desnuda el
padre Virtuoso el activo más preciado de los operadores políticos de la falsa
oposición, porque si algo necesitan para seguir subsistiendo es precisamente la
esperanza de la gente materializada como un cheque en blanco. En otras
palabras, que la gente les siga creyendo sin tomar en cuenta fracasos y
traiciones.
Más que el reciclaje de falsas
promesas sazonadas con una retórica ambivalente, lo que Venezuela necesita son
tesis políticas firmes, claras y transparentes para derrocar al estado chavista
y luego recuperar la República. El tipo de tesis que la MUD y su sociedad
civil, ahora disfrazadas de frente amplio, no pueden asumir porque ellos forman
parte de ese sistema clientelar de partidos que, junto al régimen chavista, hay
que liquidar. @humbertotweets
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