Lo
primero es precisar que la patria no es esa falacia nebulosa e indefinible que
vaga errante en la mente de los chavistas. Cuando intentan definir qué es la
patria los chavistas, ahora mutados en Maduristas, se pierden en largas
divagaciones donde mezclan ideas abstractas de incondicionalidad y servilismo.
Para
los chavistas el concepto de patria es tan difuso y circunstancial que para cada funcionario del régimen existe
una forma particular de patria. Para Nicolás maduro patria es el pranato
gobernante del PSUV. Para Diosdado Cabello la sumisa asistencia de civiles y
militares a su bodrio televisivo todos los miércoles. Para Padrino López y el
alto mando militar patria es la obediencia ciega de redes aunque estas atenten
abiertamente contra la república.
Todas
estas ideas de patria justifican que cualquiera que se salga del plan del
régimen sea acusado de traicionar a la patria según la interpretación soberbia
y caprichosa de cada funcionario. Y en nombre de esa supuesta traición se
encarcela y hasta se asesina.
Desde
el punto de vista de la materialidad del estado la patria es el territorio
donde se asienta y opera ese estado y sus instituciones. Pero es justamente ese
territorio como elemento esencial para la existencia del estado el que el
gobierno de Maduro y el alto mando militar sumiso a su régimen han abandonado.
Los
militares venezolanos han sido obligados a desatender la defensa territorial de
la república y sus fronteras para ocuparse de otros asuntos menos dignos y más
menesterosos tales como el reparto de bolsas de comida y el manejo de
“perreras”.
El
precio de esta infame política avalada por el alto mando militar ha sido
cederle el control de la frontera a la guerrilla colombiana y grupos
paramilitares. Amplias zonas del territorio venezolano están hoy gobernadas por
estos grupos irregulares, lo que en la práctica es un desmembramiento del
territorio de la república.
El
desinterés del estado chavista por la defensa del territorio es algo que
comenzó desde 1999 con los acuerdos explícitos entre Hugo Chávez y la FARC para
permitirles el uso de Venezuela como zona de aliviadero y continúa hoy con
Nicolás Maduro y su política de tolerancia con el ELN y los paramilitares en la
frontera. Esta perversa política se ha materializado con la desmovilización
programada e intencional de las FANB en las fronteras venezolanas. Se trata de
una traición a la patria en forma pública, notoria y continuada perpetrada por
los operadores civiles y militares del régimen que en forma instrumental
colaboran para su sostenimiento y que en su momento deberán ser juzgados y
condenados por un delito que está a la vista de todos.
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