Debe quedar claro que el régimen de
Maduro y los hermanos Rodríguez no ha liberado
a ningún preso político. Liberación habría sido una amnistía general que
incluyera a todos los civiles y militares presos injustamente por razones
políticas.
Pero la comedia que montó el régimen
con los bufones de la falsa oposición dista mucho de ser eso. En realidad, se
trata de unos supuestos beneficios procesales que les permitirán a algunos
presos políticos tener su casa por cárcel. Lo cual no es ninguna liberación, ni
modifica su condición de perseguidos políticos. A eso hay que agregar que
ninguno de ellos podrá hacer uso de su libertad de expresión, aunque no tengan
sentencias definitivas.
Sin duda que reunirse nuevamente con
sus seres queridos, aunque asesinados civilmente, es algo que aliviará el dolor
de las familias de los perseguidos políticos. Sin embargo, nada de lo que ha
ocurrido es digno de agradecimiento ni celebración. No se le puede agradecer al
verdugo que ahora la tortura haya cambiado de sitio y sea más refinada.
Eso es exactamente lo que ha hecho
el régimen con los presos políticos. Después de la agresión física los lincha
moralmente, para exigir que se le
agradezca en público la denegación de justicia, como si esto fuese un acto de
bondad.
Para esta aberración se prestaron
gustosamente los cuatro gobernadores de Acción Democrática (AD), quienes
también aspiran a beneficiarse del agradecimiento público por lo que ellos, con
cinismo y falsedad, califican de liberaciones. Para tratar de hacer entretenida
la acrobacia, estos cuatro logreros del folclore político se auto bautizaron
como garantes de los presos políticos que serían presuntamente “liberados”.
La verdad, a la luz de los hechos,
es que estos beneficios de casa por cárcel para los presos políticos ocurrieron
porque el régimen lo había decidido con antelación para sacarle provecho. Desde
este ángulo, la gestión de los cuatro gobernadores de AD fue nula e
irrelevante; pero muy útil al régimen para fabricarse un certificado falso de
generosidad, que intentará canjear por una disminución de sanciones
internacionales.
El papel de estos cuatro
gobernadores ha quedado reducido a la vergüenza e indignidad de ser los
garantes de un régimen frente al cual no dudan en postrarse tantas veces como
sea necesario, para luego, impúdicamente, pedir que se les reconozca su
servilismo como un sacrificio por la libertad.
A la tiranía y sus garantes no hay
nada que agradecerles. Ellos representan el modo de una servidumbre voluntaria
que se le quiere imponer a Venezuela, y contra la que debemos luchar para
conquistar la libertad. @humbertotweets
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