I. EL 1%. El régimen hace tiempo acepto que perdió el favor de la mayoría de los
venezolanos. Por eso todo lo que hace esta orientado a conservar su último
bastión: La traicionada y renuente base chavista. Como ejemplo podemos tomar
Venezolana de Televisión. Muy pocos venezolanos podrían tragarse un bodrio de
tan pésima calidad con programas mediocres como los de Diosdado Cabello. Pero
los mensajes que allí se vierten van directo a los repositorios mentales de los
pocos fanáticos que aun quedan. Para ellos la propaganda es su alimento. En
otras palabras las estrategias políticas y mediáticas del régimen solo apuntan
al 1% de la población. El resto del país esta en la acera del frente, cansado
pero dispuesto a votar contra el régimen este año, el próximo o en el 2018. No
tienen salvación.
II. Mediático. Con el argumento de la guerra mediática la dictadura bolivariana ha
desatado la persecución más feroz contra los medios de comunicación y la
libertad de expresión en Venezuela. En esta guerra el régimen combina una serie
de tácticas que van desde la mas brutal represión policial y judicial contra
periodistas y medios hasta esquemas mas sofisticados de manipulación como los
que hacen desde el llamado sistema nacional de medios. A propósito de los
PANAMA PAPERS el gobierno ha ensayado la formula del descrédito de los
periodistas investigadores a quienes acusan de publicar solo los casos de gente
vinculada al gobierno. Esto solo para crear ruido y fomentar la confusión. Pero
en esencia no pueden confrontar la verdadera naturaleza del problema: La
corrupción es parte misma del ADN de la decadente revolución bolivariana.
III. ESCARRá. Escarrá ha ejecutado con éxito extraordinarios actos de malabarismo
político. De ser copeyano, calderista y del Opus Dei pasó al selecto club de
los notables que le hicieron el lobby al entonces candidato Chávez en 1998.
Escarrá siempre apuesta a convertirse en el hombre necesario, el que ofrece la
idea o la respuesta conveniente al que tiene el poder. Así vió su oportunidad
en 1999 y se le vendió a Chávez como experto en Constituyente. Quizás Chávez le
negó algún favor y de allí pasó a ser el más furibundo defensor del 350. Ahora
regresa a las filas del chavismo oficialistas como el hombre que ofrece los
argumentos jurídicos para proteger a Nicolás Maduro. Un vez más juega a ser la
pieza indispensable de la jugada. Pero esta vez es diferente. Es la jugada de
su vida. Pacientemente y ante los ojos de todo el mundo Escarrá ejecuta su
maniobra enhebrando militares, civiles y empresarios en una red que le permita
ejecutar su último gran acto de magia política. Ha creado un escenario, que de
ser exitoso, sólo el podrá controlar. Nunca antes como ahora Herman Escarrá
había estado tan cerca de la Presidencia de la República.
IV. Desmoralización. Las policías de los estados e incuso la PNB están desmoralizadas. Hay
malestar por los bajos salarios, bonos que valen papelillo y seguros de salud
que no aceptan en ninguna clínica. Por si esto fuese poco hay frustración ante
la política entreguista y blandengue del gobierno con el hampa. El desconcierto
en la tropa policial es mayor cuando recibe instrucciones tales como negociar
con el hampa y paralizar investigaciones criminales en los territorios
liberados por los criminales que todavía son eufemísticamente llamados zonas de
paz.
V. Transición. Apoyar una enmienda que acorte el periodo de la Asamblea Nacional
podría ser la única forma de que Miraflores acepte el revocatorio a Nicolás
Maduro. Tal como lo anunció Escarrá hace dos meses, a la final serán votados 2
proyectos de enmienda. Esto dependerá de una decisión política que involucra a
varios factores civiles y militares en el régimen (PSUV, FANB, etc.) Hay
quienes aun ven con recelo la propuesta de Escarrá ante lo que se anticipa podría
ser una aparatosa derrota. La tesis dominante es evitar cualquier consulta
popular este año, incluyendo la elección de gobernadores, y crear las
condiciones para que Aristóbulo asuma la presidencia en Enero o Febrero de
2017.
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