Podemos decir con certeza que de esa conexión política y electoral de los venezolanos con la falsa oposición que ocurrió en el 2015 ya hoy no queda nada. Sin embargo, esa Asamblea Nacional desprestigiada y sin apoyo sigue hablando en nombre de un pueblo que no le reconoce como su representante, tal como se ha visto en el rechazo a sus últimas convocatorias.
Tratando de
usar las propias trampas leguleyas de los chavistas y su constitución la falsa
oposición se inventó una ficción llamada gobierno interino argumentando que
había que ocupar el vacío de poder porque ya Nicolás Maduro no era legalmente
presidente. Desde ese día arranca una comedia trágica, vergonzosa y miserable
para tratar de presentar a una oficina de lobby y contratos como un supuesto
gobierno.
Entre una y
otra declaración simbólica de “países amigos” no es sino hasta el día que
Donald Trump le levantó la mano a Juan Guaidó cuando la suerte del interinato
cambió. El apoyo político de los Estados Unidos al interinato creaba una nueva
esperanza por el cambio. Sin embargo, este apoyo en lugar de ser usado para
coordinar los esfuerzos en una acción militar internacional que sacara al
chavismo del poder se diluyó en declaraciones y más concretamente en el acceso
del interinato a los activos de Venezuela en el exterior que como resultado de
las sanciones internacionales no podía ser controlado por el régimen chavista.
El acceso del
interinato a los dineros de Venezuela en el exterior y los activos tales como
CITGO cambió todo. La oficina de Guaidó comienza a manejar esos dineros más los
recursos de la ayuda humanitaria en un maravilloso limbo jurídico donde no
tenían que rendirle cuentas a nadie. Ni a los Estados Unidos, ni a las
instituciones chavistas y, por supuesto, menos aún a los venezolanos.
La orgia de
saqueo orquestada desde el interinato ha sido de tales dimensiones que hasta el
propio Leopoldo López dejó a un lado pruritos morales para rápidamente salir de
Venezuela y entrar a controlar directamente el reparto de la piñata.
Ya no es
tiempo de mantener las formas y las apariencias. Está claro que Juan Guaidó es
un títere de Leopoldo López a quien le cuida el puesto y que es Leopoldo el
jefe de la pandilla de Voluntad Popular que decide quién cobra y quien no en
los ámbitos del interinato.
Un Leopoldo
ambicioso y audaz sale a recorrer el mundo sin complejos, a pedir un gobierno
de coalición con el chavismo (eso sí, sin Maduro) y mientras tanto que se le
renove el periodo por tiempo indefinido al hamponato interino controlado por
Voluntad Popular. Para esta maniobra López le roba la idea de la tal
“continuidad administrativa” a Ramos Allup y la hace suya, sin pagar los
derechos de autor.
Esta falacia
jurídica de continuidad administrativa de algo que jurídicamente nunca existió
no es otra cosa que un cheque en blanco para que Leopoldo López, su familia y
los hamponcitos de Voluntad Popular
manejen en forma ilimitada y sin rendición de cuentas miles de millones de
dólares que están en el exterior y pertenecen a la nación venezolana.
Como era de
esperar el reparto desigual del botín ha hecho estallar ese antro llamado G4
que representa a la falsa oposición. Acción Democrática pidió Citgo, Leopoldo
dijo que no. Primero Justicia pide más participación en el interinato (más
contratos), Leopoldo López dice que no se puede porque eso es lo que hay.
Leopoldo López lo quiere todo y se niega a repartir equitativamente la torta.
Resultado: Tanto AD como PJ ya han anunciado, cada uno a su manera, que no
apoyarán el llamado estatuto del interino que hipotéticamente sería la base
jurídica para la auto designación de estos hampones como representantes de los
venezolanos por tiempo indefinido.
Hasta la
fracción 16 de julio integrada por los operadores políticos de María Corina
Machado y Antonio Ledezma tuvo que tomar partido para plegarse en forma
vergonzosa a la pandilla de Voluntad Popular con la esperanza de que algunas
migas les caiga de la mesa donde Leopoldo decide quién cobra y quién no. Para
sobrellevar el ratón moral esta fracción emitió un comunicado donde tímidamente
critican a Juan Guaidó y rechazan la idea de una continuidad administrativa
para luego justificarse y apoyar al interinato argumentando una supuesta
“continuidad constitucional.” Por su postración y creatividad los de la
fracción 16 de Julio recibirán su premio de consolación de manos de Leopoldo López.
El problema
más grave que tiene Leopoldo es con sus socios de AD y PJ. Al no resolver en
términos satisfactorios el reparto del botín y estos partidos negar su apoyo
para la continuidad del interinato se cae la base argumental fundamental de la
campaña de Leopoldo López para presentar
internacionalmente su oficina de lobby y contratos como un gobierno alterno al
de Maduro en Venezuela. Se puede anticipar como epílogo a esta tragicomedia que
que varios países retiren su apoyo político y jurídico al interinato al tiempo
que mantengan su apoyo al pueblo venezolano en su lucha.
El
desmoronamiento del interinato debe conducir a que países como los Estados
Unidos e Inglaterra le cierren el acceso a los activos de Venezuela en el
exterior al hamponato interino. La desaparición del interinato y la consecuente
pérdida de poder de la falsa oposición y el G4 es una buena noticia para los
venezolanos. Esto despejará el camino para la conformación de un nuevo eje político
y militar que articule fuerzas internas e internacionales con el objetivo de
derrocar al régimen chavista.- @humbertotweets