domingo, 26 de julio de 2020

Qué hacer mientras tanto

   El despedazamiento de Venezuela por parte del régimen chavista plantea tareas urgentes en la reconstrucción nacional que deberían haber comenzado ayer. No solo los venezolanos carecen hoy de los medios materiales para subsistir, a eso se suma la destrucción de la soberanía y la pérdida del territorio. Hasta la identidad nacional se les niega a los venezolanos que regresan al país por las trochas. Sin garantías y sin instituciones Venezuela es una balsa a la deriva que naufraga y se deshace en el mar caribe.
   Lamentablemente el perverso plan de Hugo Chávez de implosionar a la nación venezolana usando sus propias instituciones y las fuerzas armadas nacionales es un plan que funcionó hasta un punto de no retorno. No solo Venezuela carece de las fuerzas políticas y sociales para recuperar su libertad. También está a merced de una infame falsa oposición que solo vive de las negociaciones y las prebendas que le otorga el chavismo.
   La traición más grande de esta falsa oposición ha sido precisamente renunciar a la lucha insurreccional de calle y desmovilizar a la población promoviendo la ilusión electoral durante estos veinte años.
   Hoy Venezuela carece de una vanguardia política, social y militar organizada para recuperarse a sí misma. La hambruna y todos los padecimientos materiales se mezclan con la propagación del coronavirus para lograr el sometimiento al régimen con la inmoral y siempre presta ayuda de una fuerza armada cobarde y mercenaria.
   No hay forma de retroceder en el tiempo y lo que tenemos hoy es una tierra desolada y arrasada por una hordas peores que las de Ezequiel Zamora quien se reveló como el primer chavista en la historia nacional al proclamar “!Mueran los que sepan leer y escribir!”. Ahora, al igual que entonces, se nos plantea a los venezolanos el conflicto definitivo y existencial entre barbarie y civilización.
   Es muy fácil decir que el problema de Venezuela es un asunto que deben resolver exclusivamente los venezolanos. Sobre todo ahora que el régimen chavista y la falsa oposición han logrado destruir la capacidad de movilización y respuesta que en algún momento hubo en Venezuela por allá en los años 2002-2003.
   Por eso la salida del régimen chavista por vías de fuerza no es sino la constatación de una realidad objetiva donde todas las salidas institucionales y jurídicas quedaron canceladas hace ya mucho tiempo. Bien sea por una insurrección militar o una intervención militar internacional o una combinación de ambas resulta evidente que el régimen chavista no saldrá del poder por vía de elecciones o negociaciones.
   Pero, mientras tanto  ¿qué hacer?  ¿Que podrían hacer los millones de venezolanos que luchan diariamente para sobrevivir y no desaparecer como su país?  ¿O quienes estamos en el exilio contando los días y viviendo de los recuerdos de un país que ya no existe? ¿Qué hacer mientras esperamos por un desenlace que no sabemos cuándo podría ocurrir?
   Lo más importante quizás sea que mientras nos quede aliento no podemos renunciar a luchar por recuperar a la nación venezolana y expulsar al chavismo del poder. Tanto dentro como fuera de Venezuela es esencial organizar una vanguardia de ciudadanos que haga a un lado a la falsa oposición y emprenda las acciones insurreccionales necesarias para expulsar al chavismo del poder por vías de fuerza internas o externas.
   Esta iniciativa significa incorporar a venezolanos con base a su calidad ética y profesional, para lograr un cambio de régimen político y ser parte de un gobierno de facto que establezca el orden, recupere el territorio y siente las bases de una nueva república. Esto implica organizarnos y educarnos políticamente para que ese gobierno de facto que vendrá después del chavismo sea un gobierno de los honestos y los mejores,  y no sea secuestrado por las camarillas de oportunistas y politiqueros.- @humbertotweets

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