I. TSJ PITIYANQUI. ¿Sorprendió a alguien la sentencia del TSJ desestimando la propuesta de enmienda Constitucional antes de ser aprobada por la Asamblea Nacional? No. A nadie. Se trata de un TSJ que ha sido secuestrado por el régimen para legitimar la dictadura. Todo eso ya se sabe. Lo que resultó una novedad fue que el TSJ y el magistrado que le puso la firma al proyecto de sentencia se inspiraron en la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica para argumentar sus razones en contra de la enmienda. Sin ningún tipo de rubor y para vergüenza de la mediocre justicia socialista el TSJ presta ideas de la Constitución del imperio para lograr su despropósito. Esto no era necesario. Habría bastado invocar, como lo han hecho antes, a la propia Constitución venezolana para justificar su violación. Es posible que alguien haya sugerido el agregado en el caso de que la sentencia de marras sea revisada en instancias internacionales como la OEA. Otra muestra emblemática de la doble moral de la corrupción bolivariana.
II. VALORACION. Las condiciones objetivas para que la
oposición derrote al gobierno están dadas. El descontento popular y el rechazo
al régimen llegan al 80%. El caos social alimenta una energía en la calle que
pide cambio de gobierno. Hasta los chavistas como víctimas de la crisis son
parte de esa onda expansiva. Pero la oposición no parece tener el músculo para
doblegar el tinglado político-militar de la dictadura. ¿Por que? Uno de los problemas es la ambivalencia de la
oposición a la hora de caracterizar a este régimen como lo que en esencia es:
Una dictadura. Mientras la oposición no asuma esta definición política
fundamental su estrategia carecerá de la visión y la fuerza necesaria para
derrotar al gobierno.
III. ERRORES. La oposición ha logrado importantes aciertos
y avances. El 6D cuenta como el acierto más emblemático. Pero también ha
cometido errores. Por ejemplo el no definir una agenda política para el cambio
que incluya otras fuerzas sociales, la sustitución de la dirección política de
la MUD por la directiva de la AN, y la falta de determinación para calificar al
régimen como una dictadura y actuar en consecuencia son parte de esos errores.
La suma de los aciertos de la MUD no supera sus errores y por eso en la calle
gana terreno la desesperanza ante la impotencia para lograr el prometido cambio
inmediato. Pero estos errores, en realidad, no se pueden comparar con el
derrumbe político del PSUV quien es el responsable de la gran tragedia
nacional. La oposición tiene más oportunidades de recuperarse de sus propios
errores que el gobierno y en el peor de los casos construir una potente
plataforma para triunfar en el 2018. Suena como una eternidad. Y lo es. Pero en
política los tiempos no se miden con reloj.
IV. MAQUINARIA
ROJA. Política y electoralmente
el régimen y el PSUV han sido reducidos a su mínima expresión. Pero el régimen
ha mutado a un estado policial-militar dirigido por burócratas enchufados que
le permite abusar el poder. El gobierno perdió la calle y los votos. Lo único
que le queda para imponerse es la represión militar y el linchamiento moral
tipo Diosdado Cabello o Jorge Rodríguez con sus bodrios televisivos. Por eso el
régimen tratará de evitar a toda costa cualquier conteo electoral este año.
Tienen como y con que hacerlo.
V. JAQUE. Desde un principio el régimen chavista
promovió el caos y la confrontación como estrategias para desmembrar el estado
y asegurar su hegemonía. Allí se inspiraron políticas diabólicas como las de
negociar con bandas criminales y entregarles territorios enteros. Voceros del
régimen se ufanaban públicamente de su alianza con los pranes a quienes se les
trataba con más respeto que a un opositor. Hoy estas bandas tienen mas fuerza
económica y militar que las policías que les combaten y tienen en jaque no solo
al gobierno sino a todo el país.- @humbertotweets
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